La población del lince ibérico ha disminuido drásticamente al paso de los últimos 100 años más o menos y ahora la especie enfrenta la extinción, una posibilidad bastante latente en el futuro.
Esta especie de lince, que ahora cuenta con tan solo 250 ejemplares en la naturaleza, ha sido diezmada en el sur de Europa durante las últimas décadas. Eso se debe en gran parte a la caza desmedida por parte de los humanos de su presa principal - el conejo europeo. También se culpa a los cazadores furtivos y a la fragmentación del hábitat de la especie en dos regiones del sur de España, de acuerdo a un informe del Rappler.com
Investigadores en Europa sostienen que el cambio climático podría llevar a esta especie a del lince a la extinción dentro de 50 años, a pesar de los actuales esfuerzos para su conservación. Un estudio publicado el domingo en el periódico Nature Climate Change señala que el impacto del cambio climático debe ser parte de las estrategias para salvar al lince, si es que esta especie ha de ser salvada.
"Mostramos que el cambio climático podría llevar a un rápido y severo decremento en la abundancia del lince en las siguientes décadas y probablemente hasta su extinción en la vida silvestre", dijo el autor principal del estudio, el Dr. Damien Fordham, del Instituto de Investigaciones del Medio Ambiente de la Universidad de Adelaida. "Los esfuerzos actuales podrían resultar inútiles si no se toma en cuenta la combinación de los efectos del cambio climático, uso de tierra y la abundancia de presas en la dinámica de la población del lince ibérico.
Solo dos poblaciones del lince ibérico continúan existiendo en la vida silvestre, comparadas contra las 9 que existían en 1990. Estas poblaciones residen en dos regiones al sur de España: en la Sierra Moderna y en el Parque Nacional Donana. Desde mediados de 1990 casi €100 millones han sido gastados en intentos por salvar la especie a través del manejo del hábitat, detener la caza furtiva así como otros efectos negativos de la humanidad y la reintroducción del lince en zonas más apropiadas, sitios en donde han sido identificados en tiempos recientes.
La investigación muestra que aunque el lince ibérico parece responder favorablemente a las tácticas empleadas en años anteriores, la mayoría de los esfuerzos actuales por conservar a este animal podrían extender su supervivencia solo unas cuantas décadas.
"Que el número de linces ibéricos esté incrementando actualmente sugiere que el intenso manejo del hábitat y la población de conejos ha funcionado efectivamente en estrategias con términos de conservación a corto plazo, pero el pequeño tamaño de la población significa que la especie aún está amenazada y es susceptible a que la población futura disminuya", comparte el profesor Barry Brook, director de Ciencia Climática para la Universidad de Adelaida. "Esto significa que la especie es extremadamente vulnerable a los cambios en la calidad del hábitat, o los cambios en la abundancia de su presa debido al cambio climático".
Los investigadores que publicaron el estudio presumen que es el más completo en cuanto a gestión de conservación moderna se refiere desarrollado para tratar los efectos del cambio climático en el predador y su presa. Señalan que las decisiones sobre el cambio climático deberían ser una parte común en todas las prácticas de conservación en el futuro.
Nuestros resultados demuestran, por primera vez, porque la disponibilidad de presas, el cambio climático y su interacción en modelos es importante cuando se diseñan políticas para prevenir la pérdida de biodiversidad en el futuro", se lee en el estudio.