Usados por muchos como una forma de evitar los daños físicos que produce la adicción al tabaco, los cigarrillos electrónicos o "vaporizadores electrónicos" ganaron cierta popularidad en los últimos años entre personas que tenían intención de abandonar la nicotina o simplemente mejorar su salud, sin embargo, estudios recientes podrían demostrar que, de hecho, podrían ser más dañinos que un cigarrillo normal.
Un informe reciente, realizado por investigadores de la Universidad de Portland, publicado en el diario de medicina New England of Medicine, demostró que calentado al máximo y aspirado continuamente, el vapor que se encuentra en los cigarrillos electrónicos (que puede o no tener nicotina), puede generar formaldehido, sustancia que lo hace entre cinco y 15 veces más cancerígeno que los cigarrillos comunes.
"Hemos constatado que hay una forma oculta de formaldehido en el vapor de los cigarrillos electrónicos, que generalmente no es medida. Es un químico que contiene formaldehido en él, y que puede liberar esta sustancia tras inhalarse. La gente no debe asumir que los cigarrillos son completamente seguros", indicó el co autor del estudio, James Pankow, profesor de química y de ingeniería civil y ambiental de la Universidad Estatal de Portland, según cita la CBS.
El formaldehido es un conocido cancerígeno que se encuentra presente en el humo del cigarrillo. Inicialmente se esperaba que los vaporizadores estuvieran libres de este peligro, debido a la eliminación del fuego como agente de la combustión.
Sin embargo, los nuevos modelos funcionan a temperaturas muy altas para calentar el líquido a alta tensión (5 voltios), lo que genera una cantidad de formaldehido todavía más alta que la que se encuentra en los cigarros convencionales, destacó la Los Angeles Times.
Según recupera el diario citado, los científicos utilizaron una máquina para "inhalar" el vapor de los cigarros electrónicos de baja y alta tensión. La investigación confirmó que un usuario de cigarrillos electrónicos que inhala diariamente un equivalente a tres mililitros del líquido vaporizado, y calentado al máximo, absorbe alrededor de 14 miligramos de formaldehido, mientras que una persona que fuma un paquete de cigarros convencionales al día absorbe cerca de tres miligramos.
De esta forma, a largo plazo, la inhalación de 14 mg (+/- 3 mg) diarios de esta sustancia podría multiplicar por 5 a 15 veces el riesgo de contraer cáncer, según se sugiere en el estudio.
Los investigadores consideraron, no obstante, que se deben hacer otros estudios al respecto, ya que la indagación no pudo medir otros factores como los hábitos de los fumadores de cigarros electrónicos (un porcentaje de ellos aseguró que al calentarse demasiado, el líquido produce un fuerte olor ocre, lo que hace que los usuarios dejen de fumar).
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