Salma Hayek sigue derrochando sensualidad. La actriz lo dejó muy claro con su nueva portada en la revista Allure.
Como el rosto de la edición de agosto de la revista, Hayek fue fotografiada por Patrick Demarchalier, y expresó, en un video detrás de cámaras “intento tener el mínimo de ropa posible” para la sesión de fotos. La mexicana de 48 años admitió ser un poco tímida respecto a quitarse la ropa pero estuvo satisfecha con las fotos de la sesión porque “no se ven vulgares.”
“Estaba muy nerviosa y pienso que me vi muy incómoda al principio,” expresó a Allure. “O sea, no puedes ver nada. ¡No se emocionen!”
En una imagen, publicada en la cuenta de Instagram de Allure, la actriz, quien es conocida por sus curvas y sus fuertes facciones, puede ser vista mirando al espejo con muy poco maquillaje y manteniendo su modestia al cubrirse su pecho con sus manos.
Como algunas de sus colegas de Hollywood, Hayek no muestra muchos signos de su edad. En junio, la actriz compartió algunos secretos de belleza, incluyendo su opinión respecto al Botox, lo cual reiteró en su entrevista con Allure.
“Cuando era joven, ellos trataron de venderme la idea [del Botox]: ‘Si lo haces ahora, entonces no tendrás arrugas,’” indicó Hayek. “Y gracias a Dios no lo hice.”
Hayek, quien comenzó su carrera en la telenovela “Teresa,” está casada con el empresario francés Francois-Henry Pinault desde 2009 y tienen una hija. La latina afirmó a la revista que no le gusta estar lejos de su familia.
“Nunca he estado lejos de mi hija más de dos semanas,” señaló. “No nos separamos por largos periodos. Nunca.”
Sin embargo, según People, Hayek no siempre ha sido afortunada cuando se refiere al amor, y la actriz explicó cómo deseó saber que no siempre iba a ser fácil. Pero aun así, todo salió de buena manera.
“Ojalá hubiera sabido [cuando era joven] que iba a enamorarme locamente del hombre perfecto,” indicó la estrella. “Estaba tan preocupada, y salí con personas que no debí.
Te desesperas y comienzas a ver cosas maravillosas en, chicos equivocados. También encontré chicos muy buenos. Pero ojalá me hubiera dicho a mí misma ‘Hey, tranquila. Vas a tener un gran esposo que va a adorarte.’ Me hubiera salvado de mucho drama personal.”
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