Durante su viaje de cinco años y 10,000 kilómetros por tierras de la entonces América hispana, el conocido naturalista alemán Alexander von Humboldt llegó en el verano de 1802 al volcán Chimborazo. Con sus 6,268 metros de altura, la colosal montaña, situada en los Andes ecuatorianos, era la más alta del mundo conocido por la ciencia occidental de aquél entonces.
La pintura de Humboldt muestra toda la información sobre la flora y fauna del Chimborazo. Dos siglos después, una expedición científica liderada por la investigadora hispano-danesa Naia Morueta-Holme, junto a colegas daneses y ecuatorianos, ha seguido los pasos del científico para comprobar que el cambio climático está cambiando las plantas del sitio, informa El País.
De acuerdo con las observaciones del grupo, los distintos tipos de vegetación definidos por Humboldt se han desplazado hacia unas zonas superiores, donde antes no podían proliferar.
El equipo notó que, salvo algún error provocado por la instrumentación de la época para determinar la altura, las anotaciones de Humboldt eran casi perfectas.
"Él es de la época de los exploradores, del comienzo del interés por los patrones de la naturaleza y los factores que los determinan. Eso le fascinaba y ha resultado muy útil, no sólo por sus ideas, sino porque pudimos usar sus datos para ver qué cambios han habido desde su viaje", explica Morueta-Holme.
"Lo que hemos visto es que el límite de crecimiento de las plantas subió más de 500 metros, desde los 4,600 hasta los 5,185 metros", comentó la investigadora.
El estudio se centra en la distribución altitudinal de la flora entre los 3,800 y los 5,200 metros de la montaña ecuatoriana, los investigadores también aprovecharon las anotaciones de Humboldt para ver los cambios que se han producido por debajo y por encima.
"Los campos de cultivo se han extendido bastante desde los tiempos de Humboldt. Como la población humana ha crecido, también vemos que hay más pajonal en las zonas bajas, porque siguen segando paja para los animales de crianza".
En cuanto al límite superior, Humboldt situó el inicio del glaciar a los 4,814 metros de altitud. Y en 2012, 210 años después, los científicos tuvieron que subir hasta los 5,270 para encontrar hielo.
"Nuestros resultados demuestran que los efectos sinérgicos del calentamiento global y el uso del suelo tienen fuertes consecuencias sobre la naturaleza, y no solo en las zonas templadas, donde se han hecho muchos estudios, sino también en el trópico, donde está la mayor parte de la biodiversidad", explicó Morueta-Holme.
Tras las investigaciones después del viaje, entre los investigadores no había unanimidad sobre la traslación vegetal de las especies tropicales como se ha demostrado que ya están haciendo las de las zonas templadas.
"Nuestro estudio demuestra que sí, que ya ha habido grandes cambios a pesar de que el aumento de temperatura haya sido menor del que se espera para el resto de este siglo. Así que podemos esperar cambios aún mayores en el futuro", concluye la investigadora.
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