John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes y congresista de Ohio durante tres décadas, ha anunciado que renunciará de su cargo a finales del próximo mes de octubre.
El líder republicano ha anunciado su renuncia en una conferencia del partido durante una reunión el viernes 25 de septiembre por la mañana, asegurando a sus miembros que no quería convertirse en "el problema" entre informes de luchas internas conservadoras.
Boehner ha estado bajo intensa presión de los conservadores de la Cámara que han amenazado varias veces con un golpe de Estado contra el altavoz cuando expresaron su descontento con su liderazgo en peleas de alto perfil en el Capitolio.
Los ayudantes y miembros del Congreso presentes en la reunión matutina sorprendidos por el anuncio, comentaron que Boehner recibió una ovación de pie durante la reunión.
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Como presidente de la Cámara, Boehner es segundo en la línea para la presidencia, después del vicepresidente y una de las figuras más poderosas en Washington. Como presidente de la Cámara de Representantes, Boehner tenía las tareas de moldear las estrategias del partido, programar horarios de negocio del congreso y fue el papel importante para Obama en el capitolio.
Un asesor dijo que Boehner había planeado inicialmente retirarse al final del 2014, pero la sorprendente derrota del entonces líder supremo de la Cámara, Eric Cantor, en su elección primaria "cambió ese cálculo."
"Está orgulloso de lo que su mandato ha logrado, y su presidencia de la Cámara, pero por el bien de la Conferencia Republicana y la institución, renunciará a la presidencia de la Cámara y su puesto en el Congreso, a partir del 30 de octubre"
"Boehner cree que el primer trabajo de cualquier portavoz es proteger esta institución y, como vimos ayer con el Papa, es la única cosa que nos une y nos inspira a todos", agregó el asesor del republicano.
El sorpresivo anuncio se produjo un día después de un punto culminante de la carrera de Boehner, cuando el Papa Francisco visitó el Congreso a invitación de Boehner. El presidente, un ex monaguillo, lloró durante el discurso y más tarde lo llamó "una bendición para todos nosotros".
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