Según un antropólogo, autor del trabajo "The Land of Open Graves: Living and Dying on the Migrant Trail", Jason De León, aseguró que Estados Unidos utiliza el desierto de la frontera sur como un arma para disuadir a los migrantes indocumentados de intentar ingresar al país, así lo reportó W Radio.
"Las autoridades están obligando a los inmigrantes a tomar caminos donde la probabilidad de morir es muy alta, el ambiente es tan fuerte que destruye los cuerpos y muchos de ellos ni siquiera se encuentran", señaló en entrevista Jason De León, académico de la Universidad de Michigan.
El libro recopila más de 5 años de investigación donde documenta la muerte de indocumentados en la frontera, donde se dio a la tarea de recolectar pertenencias que los migrantes dejaban en el desierto a su paso.
Sin embargo, fue hasta que halló el cadáver de una inmigrante ecuatoriana que llevaba cuatro días fallecida donde se decidió a profundizar en el tema.
"Maricela fue una de las víctimas de un máquina de matar premeditada", afirmó De León, en alusión a la occisa, quien era madre de tres hijos y que tenía una enfermedad renal.
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Durante su investigación, el experto halló documentos de carácter federal en los que las autoridades ya habían previsto que desde 1994 aumentarían las muertes de inmigrantes que intentarían atravesar el desierto de Arizona, en la medida en que en las zonas conurbadas y lugares con mayor accesibilidad aumentaría la vigilancia.
Esta fue la pauta principal que le hizo abrir la hipótesis que da como origen el libro, en el que se ve reflejado que las autoridades fueron orillando a los indocumentados a utilizar el desierto como una vía para cruzar, conociendo todos los peligros a los que se enfrentaban.
Jason alegó que la política de "prevención a través de la disuasión", podría de esta manera desalentar a los inmigrantes al saber de los peligros que corren al intentar cruzar la frontera por este rumbo, y con ello dejarían de intentarlo.
"Es la idea que tienen las autoridades, los candidatos presidenciales y muchos más, pero están equivocados, no se puede entender hasta no ver las causas", resaltó De León, reportó Univisión.
Su libro documenta las historias de cuatro migrantes, dos de ellos de origen ecuatoriano, Marisela, cuyos restos fueron encontrados en el desierto en el 2012 y José, quien se reportó como desaparecido. Y dos mexicanos Memo y Lucho, quienes tras varios intentos de cruzar la frontera, lo lograron y lo documentaron en fotografías.
"Es necesario ponerle una cara a la palabra migrante, debemos conocer sus historias, la de los mexicanos y la de los centroamericanos, suramericanos que están arriesgándose en el desierto por un plan específico", apuntó De León.
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Hijo de padre mexicano y madre filipina, Jason De León desea que su libro, editado por la Universidad de California, pueda llegar al público en general, para que dicho problema recobre visibilidad y vigencia.
"Las muertes de migrantes se han vuelto algo común, nadie quiere entrar con las cámaras al desierto, son solo un número que ya no interesa y debemos hacer algo".
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