¿Estás a gusto con tu trabajo? ¿Lo que haces te ayuda a realizarte como persona? ¿Te gustaría cambiar de empleo? La respuesta a estas interrogantes serán más fáciles de obtener si te identificas con al menos cinco de estas señales de alerta.
Te recomendaríamos cambiar de empleo si:
Los pequeños incidentes cotidianos ya no son tan tolerables
Dígase el problema con la impresora, la limpieza de las tazas del café, la falta de papelería o simplemente no encuentras un archivo; te pone de un humor como si hubieras estado cinco horas en el tráfico.
Tus tareas se reducen a hacer lo que dice el contrato
Dejaste de aportar ideas, tener iniciativa en los proyectos y ahora buscas hacer la menor cantidad de tareas y limitarte a hacer lo que te pagan.
Eres el amargado de la oficina
Tu ánimo es tan pesado que para los demás eres una persona completamente amargada y aburrida. Dejaste de asistir a las fiestas de cumpleaños y a las tardes de jueves con los compañeros de la oficina.
Sales a fumar cada media hora
Te ha nacido la necesidad de fumar o has incrementado tu adicción al tabaco. Esto lo haces inconsciente y es para salir un poco de tus tareas.
Lo peor es la convivencia obligada
Es una verdadera tortura tener que asistir a convivencias obligadas con compañeros de la oficina o ser parte de una comida
Tu trabajo es parte de tus sueños
Y no en el mejor sentido. Te vas a la cama y tienes sueños pesados relacionados a las tareas en el trabajo, el nivel de estrés es tan elevando que no puedes descansar ni cuando duermes.
Las tardes del domingo son un martirio por pensar en el lunes
Que llegue la tarde del domingo es iniciar con el martirio por que pronto llegará el lunes y deberás volver a la oficina.
Al final del día te sientes completamente cansado
No es que el trabajo no canse, pero el estrés es causa de una baja de defensas y las enfermedades surgen constantemente. La gripa y el agotamiento físico son una constante en tu vida.
Llegas de mal humor a tu casa e inician las discusiones con la familia
Puede que siempre estés tan cansado que no pases tiempo con tu familia. O tal vez empezaste a tomar demasiado para evadirte, o a comer espantosamente, como una manera de gratificación por el horror que significa estar ahí.
Olvidaste sonreír
Una persona que olvida sonreír es aquella que se ha dejado envolver por el estrés y ha olvidado disfrutar de la vida. Te cuesta trabajo estar contento o disfrutar de pequeñas cosas como la música y un rico café con crema en la mañana.
