First Posted: Oct 17, 2013 12:30 PM EDT

Es por todos conocido que al terminar una relación sentimental experimentamos diferentes cambios emocionales y de hábitos que pueden hacernos pensar que vivir con una separación sea poco menos que imposible.

Y es que las reacciones de las neuronas que se estimulan durante la etapa del enamoramiento son tan fuertes que pueden compararse al deseo generado por el uso de drogas como la cocaína.

Recientes investigaciones realizadas por el Albert Einsteins College of Medicine, señalan que cuando una persona es abandonada por la pareja a la que ama, los sentimientos de pérdida y dolor pueden ser tan grandes que son causa de depresión clínica y, en casos muy extremos, suicidios y homicidios. Sin embargo, a pesar de que sobrevivir a una ruptura amorosa puede resultar muy duro, no es imposible.

Los investigadores de la Universidad de Michigan revelaron en un estudio que todos contamos con un "analgésico natural" contra el rechazo y el desamor. De acuerdo con la investigación publicada en la revista Molecular Psychiatry, retomada por el medio mexicano Sin Embargo,  el cerebro humano es capaz de producir opioides  para aliviar emocionalmente a las personas que han sido rechazadas sentimentalmente.

El "sistema analgésico natural" que descubrieron los científicos de Michigan fue identificado luego de que un grupo de investigadores realizaran un estudio en el que a 18 personas se les mostraron cientos de imágenes de personas del sexo opuesto y se les pidió que eligieran a aquellas a quienes consideraban agradables.    

Posteriormente los científicos examinaron a los participantes mediante una tomografía por emisión de positrones, al mismo tiempo que les informaban a los participantes que las personas que habían elegido los habían rechazado.

El experimento reveló que los voluntarios, a pesar de saber que el "rechazo" era ficticio, no pudieron evitar experimentar emociones negativas que fueron registradas por el tomógrafo.

Mayor capacidad de adaptación a los cambios ambientales

Los resultados del experimento concluyeron que los cerebros de los participantes con mayor estabilidad emocional producen más opioides que funcionan como "analgésicos" ante el rechazo. Por otra parte, los investigadores descubrieron que este proceso también ocurre en casos contrarios, cuando las personas saben que el interés por otra persona es compartido.

Según apunta Sin Embargo, los especialistas de la Universidad de Michigan descubrieron que las personas que liberaron mayores cantidades de opioides también obtuvieron calificaciones más altas en un rasgo de la personalidad llamado "resiliencia", rasgo que determina la capacidad de adaptarse a los cambios ambientales.

"Las personas que tuvieron un puntaje alto en el rasgo de resistencia en un cuestionario de personalidad tendían a ser capaces de liberación más opiáceos durante el rechazo social, sobre todo en la amígdala", dijo Hsu. "Esto sugiere que la liberación de opioides en esta estructura, durante el rechazo social, puede ser para protección o para adaptación", agregó.

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