Desde hace unas semanas se rumoreaba que Microsoft estaba trabajando en dos consolas, las cuales tendrían mejoras considerables respecto a la actual. Durante la conferencia inaugural de la convención anual de gaming E3 en Los Ángeles el gigante tecnológico presentó la Xbox One S.
La consola, cuya imagen se filtró un día antes de su develación oficial, tiene acabado en color blanco y es 40 por ciento más chica que el Xbox One actual. Además su diseño le permite acomodarse de manera vertical u horizontal.
El nuevo equipo tiene capacidad de reproducción de juegos en resolución 4K y con calidad de imagen HDR, además que su control cuenta con un rango expandido de conexión inalámbrica Bluetooth. La consola permite tener una memoria de almacenamiento de hasta dos terabytes.
Cuenta con un nuevo modelo de control llamado Xbox Wireless Controller que es inalámbrico y se conecta vía Bluetooth, lo que le permite funcionar con otros equipos que tengan instalados Windows 10.
De acuerdo con Phil Spencer, jefe de la división Xbox en Microsoft, todos los juegos y accesorios de Xbox One serán compatibles tanto con Xbox One S como con Project Scorpio (nueva consola que incluirá soporte para realidad virtual y que saldrá al mercado el próximo año).
"Creemos que tenemos un mejor hardware, más innovación en Xbox Live y más juegos exclusivos", aseguró Spencer.
Xbox One S saldrá a la venta agosto a un precio de entre 299 y 399 dólares, según el tamaño del disco duro.
Entre los muchos anuncios y novedades en Xbox Live, se presentó Xbox Play Anywhere, que mediante un selecto grupo de nuevos juegos, como el Gears Of War 4 y Forza Horizon 3, permitirá jugar tanto en Xbox One como en Windows 10 sin necesidad de comprar el juego dos veces. Un sólo código es válido para usarlo en ambos equipos, con las mismas partidas guardadas para continuar nuestros avances en el juego ya sea en la consola, la PC de escritorio o una laptop.
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