First Posted: Aug 01, 2014 01:19 PM EDT

Un equipo internacional de investigadores ha combinado tres bases de datos enormes usadas para registrar los nacimientos y muertes de personas notables y trazaron un mapa de la migración geográfica de la cultura a través de la historia.

El estudio, publicado en la revista Science, presenta una aproximación única para rastrear la evolución de la cultura humana - más notablemente, en lugar del método tradicional de escarbar profundamente en los detalles de la vida de un individuo o periodo en el tiempo, los investigadores marcaron los inicios y finales de miles de vidas notables, sin importar quiénes eran o en qué campo se distinguieron.

Las estadísticas han sido incluidas en Freebase, una base de datos de individuos creada por voluntarios y dos bases de datos de artistas.

El equipo científico anticipó que trazar el mapa y analisar los datos de artistas, políticos, científicos y otras personas prominentes apuntaría a puntos culturales e intelectuales focales en la línea del tiempo del desarrollo cultural y también provee evidencia cuantitativa que apoya interpretaciones históricas pero también presenta nuevas preguntas.

"La muerte ciertamente no es al azar, en el sentido de que la gente tiende a morir en donde migraron para hacer su arte," dijo Albert-Lázsló Barabási, un físico y profesor de ciencia de redes en la Universidad Northeastern que está involucrado en el proyecto, en una historia publicada por el Boston Globe. "Ver a una persona no sería relevante, porque hay tantos factores que afecta la decisión de dónde trabaja una persona y dónde morirá. Con cientos de individuos, juntos crean un mapa de los lugares dónde pueden desarrollar su arte mejor."

Maximilian Schich, profesor asociado de artes y tecnología en la Universidad de Texas en Dallas empezó el trabajo cuando era un investigador post-doctorado en Boston, donde h ay varios lugares donde la gente notable tiene a juntarse, como Jamaica Plain, Brookline y Newton, donde hubo más muertes notables que nacimientos, y otros lugares como Allston, Malden, East Boston y Dorchester, donde nació más gente notable de la que murió.

"A nivel local, puedes ver esta reflección intuitiva de la atracción relativa de lugares," dijo Schich.

El proyecto tuvo origines poco convencionales. Por años, Schich trabajó como un historiador de arte en un laboratorio de Northeastern que se le conocía por trabajar un área completamente diferente, al discernir los patrones de migración humana al analizar datos sobre celulares. Lo que interesó a los físicos que trataban de entender la migración humana sobre este proyecto era la idea de que podían ver cómo se veían esos patrones de migración en una generación y a través de los siglos. Lo que atrajo a Schich a pasar tiempo con un grupo de físicos era el deseo de traer las herramientas estadísticas de las ciencias cuantitativas a un campo en que los investigadores por lo general leen cientos de libros y se especializan en diferentes periodos de tiempo.

Schich y sus colegas encontraron que a pesar de la llegada Europea al nuevo mundo y la invención de diferentes y mejores métodos de viaje, los patrones de migración humana no cambiaron dramáticamente.

Específicamente, en ocho siglos, notaron, la distancia promedio entre el lugar de nacimiento de una persona y el de su muerte incrementó, pero no se duplicó, al avanzar de una distancia de 133 millas de la cuna a la tumba en los 1300s a 237 millas en el siglo XXI.

También encontraron patrones que sugieren el flujo de centros culturales.

Por ejemplo, mientras que Paris y Nueva York atraen han atraído muertes por mucho tiempo, durante un periodo entre los 1920s y 30s, Nueva York vio más nacimientos que muertes de gente notable.

"Colectivamente, al juntar estas piezas de información, tenemos el panorama general de toda la historia de la humanidad como la conocemos hoy," dijo Barabási.

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