A principio del mes de mayo de 2013 salió a la luz el caso de secuestro del hispano Ariel Castro que captó inmediatamente la atención de todos los medios. Se trató de tres mujeres que permanecieron durante más de diez años cautivas de un desempleado chofer de autobús que tuvo una hija con una de las cautivas e indujo varios abortos en otra de ellas. Cuando Amanda Berry logró escapar del cautiverio que sufrió desde los 17 años, no sólo se rescataron a las otras dos jóvenes, sino que comenzó un largo proceso judicial contra el hombre que podría ser condenado a la pena de muerte.
Tras la audiencia del pasado miércoles 3 de julio, el juez dictaminó que Castro está en condiciones mentales y físicas, para entender y afrontar el juicio con más de 300 cargos que se le imputan, entre los que se incluyen el de secuestro múltiple y varios cargos por violación. Según NBC News, Castro preguntó al juez sobre la posibilidad de poder ver a su hija de 6 años, fruto de la violación a una de sus cautivas. Michael Russo, juez del condado de Cuyahoga, dijo que no permitiría que eso sucediera porque le parecía inapropiado, además limitó el contacto que Castro puede tener con el exterior y se le asignó constante vigilancia para evitar que intente quitarse la vida.
Castro podría enfrentarse a la pena de muerte por haber provocado abortos en sus víctimas al golpearlas y privarlas de alimento, lo que constituye una pena capital en el estado de Ohio si ocurre en el marco de un secuestro. La defensa de Castro ofrecieron que su defendido se declare culpable a cambio de que se evite la pena máxima, sin embargo no se dieron muestras de consenso. El juicio continuará el próximo 5 de agosto a menos que se extienda la fecha.