First Posted: Aug 19, 2016 03:22 PM EDT

Una mujer de Texas que convenció a dos mujeres mexicanas de que ella era la "voz de Dios" y las obligó a trabajar sin paga durante 14 años al amenazarlas con el infierno y autoridades de inmigración después de traerlas al país ilegalmente, fue sentenciada de tráfico de mano de obra en una corte federal el viernes pasado.

Un comunicado de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) dijo que Olga Sandra Murra de 64 años, alias "Olga Sandra Capon-Meneses", quien manejaba un negocio de limpieza de casas en Fort Worth y El Paso, fue sentenciada de dos cargos de trabajo forzado y de albergar a un extranjero indocumentado después de un juicio de una semana.

Ahora enfrenta una sentencia de hasta 20 años en una prisión federal y una multa de $250,000 por cada cargo de trabajo forzado y hasta 10 años en una prisión federal y una multa de $250,000 por cada cargo de albergue cuando se presente ante una corte el 28 de noviembre.

Aunque nació en los Estados Unidos, Murra vivió en México poco después de haber nacido, de 1952 a 1997, según evidencia presentada por el gobierno en su juicio. En 1997, dice el comunicado sobre Murra, su familia inmediata y otros individuos que trajo con ella, incluyendo una de las víctimas, una mujer de cerca de 30 años identificada como "V.R." se mudaron a El Paso y después a Fort Worth.

Al año siguiente, en 1998, Murra hizo arreglos para que una segunda mujer de cerca de 20 años, identificada solo como "I.G." fuese transportada en los EEUU.

"En tanto El Paso como Fort Worth, Murra operó un negocio de limpieza de casas. Dirigió a V.R. y I.G. para trabajar para su negocio y ambas limpiaban de tres a cuatro casas al día hasta siete días a la semana. Además, las mujeres limpiaron la residencia de Murra y preparaban comida para ella. Murra, sin embargo, no le pagaba a ninguna mujer. De hecho, Murra obligó a las mujeres a darles todo el dinero que ganaban limpiando casas", mencionó.

"Murra se presentó a las mujeres como la voz de Dios en la Tierra, y las obligó a escuchar grabaciones religiosas de Murra leyendo versos de la biblia y discutiendo su significado mientras limpiaban casas. Hizo a ambas mujeres creer que se irían al infierno si no la obedecían. Murra amenazó a al menos una de las mujeres de que si la desobedecía, llamaría a inmigración y la mujer sería enterrada en un campo junto con otros inmigrantes. Murra también golpeó a al menos una de las mujeres", añadió el comunicado.

Según autoridades de ICE, Murra también restringió la libertad de las mujeres mientras estaban en casa y les prohibió hablar con otras personas en la residencia, requiriendo que pidan permiso para usar el baño y obligándolas a dormir en el piso del cuarto.

Cuando eran castigadas, "Murra requirió que durmieran en la cochera, cuarto de lavado o el patio trasero, también restringió su comida a pan y agua".

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