Días después de que el cuerpo Republicano de la Cámara de Representantes declararon que no apoyarían el proyecto de ley que promueve la reforma migratoria, una temática ampliamente debatida a lo largo de los años, el presidente Obama tomó las riendas sobre el asunto, y en el discurso radial que emite cada semana, pidió a la Cámara de Representantes que reflexione sobre la decisión que van a tomar y aprueben el proyecto de ley.
El mensaje del presidente hizo hincapié en dos puntos claves: por un lado, los beneficios para la economía, y por el otro, el apoyo que manifestó el ex presidente George W. Bush, perteneciente a la facción republicana. "Si los demócratas y los republicanos - entre ellos el presidente Bush y yo - podemos estar de acuerdo en algo, eso es un buen lugar por donde comenzar", dijo el presidente Obama en su discurso semanal. En su discurso, señaló además, que el proyecto de ley - que implica medidas de seguridad más estrictas para las fronteras y garantiza un camino a la ciudadanía para millones de inmigrantes indocumentados que viven en los Estados Unidos - fue un compromiso en común y aunque para ninguna de las partes tiene todo lo que se pretendía, el proyecto de ley es compatible con principios fundamentales de la reforma de inmigración que, tanto demócratas como republicanos, habían debatido durante mucho tiempo.
Otro de los temas que abordó el presidente Obama, fue el impacto económico que este proyecto podría significar para Estados Unidos de volverse una ley. De acuerdo con el canal de noticias ABC News, la Casa Blanca publicó un informe de 34 páginas que señala y explica los beneficios económicos de este proyecto si fuese aprobado como ley. El informe menciona, entre otras cosas, que la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) estima que la promulgación de la ley de inmigración del Senado aumentará PBI real por aproximadamente 700 mil millones de dólares en 2023 y 1,4 mil millones de dólares en 2033. Una parte de esas ganancias, según el informe, provendría del aporte que harían los inmigrantes nacionalizados en el país, tanto con aportes materiales, descubrimientos, y empresas, así como también aumentarían la fuerza laboral disponible.
Sin embargo, la mayoría de los republicanos en la Cámara parecen convencidos por el proyecto. El jueves, tras una reunión a puerta cerrada, los Republicanos llegaron a la decisión de que no apoyarían la propuesta. Sin embargo, el presidente Obama señaló que la reforma migratoria ha sido algo por lo que los miembros de ambos partidos han estado presionando para que se concrete, y más recientemente, el ex presidente George W. Bush, la llamó a una "solución positiva" para el sistema de estropeado inmigración.