Las drogas, el desenfreno, los excesos y el jet set son un cóctel muy recurrente en el mundo del espectáculo. Día a día salen a la luz nuevos rumores o confesiones de artistas que han transitado a la par de sus prácticas (ya sea música, literatura o actuación) acompañados por diferentes vicios o excesos, que en algún momento, pasaron factura al cuerpo. Miley Cirus no es la excepción, ya que recientemente, tras el éxito de su último lanzamiento 'We Can't Stop', declaró que la canción hacía referencia a un droga en particular y declaró haber fumado marihuana.
Sin embargo, así como hay artistas que se emparentan con las drogas, están también los que luchan contra ese flagelo que más de una vez han costado la vida a su usuarios. Demi Lovato, quien en 2011 debió buscar ayuda para tratar problemas personales, opinó sobre las declaraciones de su amiga Miley Cirus y, de alguna manera, incentivo a la artista para que evite ese estilo de vida. En una entrevista a MTV News señaló: "Ella sabe cómo me siento sobre todo el tema de la fiesta y siempre le estoy diciendo que tenga cuidado pero ella me contesta 'estoy pasándolo bien. No te preocupes (...) Me preocupo mucho por ella y por eso soy tan protectora, pero ella está bien".
Lovato sabe que una vida desenfrenada y con más hora de fiesta que de descanso, puede conllevar a ingerir sustancias para que el cuerpo aguante un poco más, sin embargo esa no es la solución. Señaló además que Miley tomará conciencia cuando le suceda algo real y preocupante, algún problema que la haga recapacitar y darse cuenta de los riesgos del exceso sobre el cuerpo.
Durante 2011, Demi Lovato, debió recurrir a ayuda profesional para superar algunos problemas psicológicos y físicos que le afectaban. La cantante debió luchar contra un desorden alimenticio, bulimia, anorexia, y autolaceración. A pesar de que la lucha contra esas afecciones es continua y con sus respectivos alti-bajos, la cantante ha demostrado que busca recuperarse y que prefiere encerrarse entre las paredes de un centro de rehabilitación a tener un final poco feliz.