El Papa Francisco intervino en contra de los Frailes Franciscanos de la Inmaculada, un grupo de ultraconservadores que por años han impuesto el rito de realizar la misa católica en latín, de una manera exclusiva y quienes también se ofrecieron como mediadores dentro del conflicto de los partidarios del obispo francés Marcel Lefebvre.
El Sumo Pontífice tomó la decisión desde el pasado mes de julio, pero el sitio de noticias Clarin compartió que se hizo pública en estos días, levantando grandes protestas por los grupos ultras y tradicionales, aunque ha sido aceptada por parte de los frailes y muchas monjas. De acuerdo a un sondeo que realizó un visitador, nombrado años atrás por Benedicto XVI, ya mayoría de las monjas y frailes no estaban de acuerdo con llevar a cabo una misa en latín.
Muchos de los integrantes de la orden se declararon en contra de la imposición por parte del padre Stefano Manelli sobre ofrecer solamente la liturgia en latín. El Padre Federico Lombardi, vocero oficial del Vaticano, dijo que la decisión tomada por el Papa Francisco no contradice las acciones que en el pasado había tomado Benedicto XVI quien era gran simpatizante de otorgar la misa en latín y cuyo motu proprio, para la protección financiera del Vaticano fue de contenido conservador.
Federico Lombardi dijo que esta decisión "no se debió a exclusivas razones litúrgicas" sino que fue a causa de la forma en cómo lo dirigía su fundador, el padre Stefano Manelli, quien dispuso imponer el rito romano de la misa haciéndola exclusivamente para las monjas de la congregación franciscana, luego de que Benedicto XVI elaborará el motu proprio tradicionalista y conservador.
El Papa Francisco dio a la orden de que los padres lleven a cabo una misa, de acuerdo al rito ordinario, realizada en los idiomas nacionales y siguiendo otras reformas que han dado un nuevo giro a la liturgia y a ritos que han sido parte importante dentro de la Iglesia católica.
El padre Alfonso Bruo declaró que la imposición de dar una misa en latín y algunos de los ritos antiguos exponían la ideología de los grupos tradicionales y conservadores como el grupo cismático de los partidarios del monseñor Lefebvre.
El Papa nombró al fraile capuchino Fidenzio Volpi como delegado apostólico y responsable de que se apliquen las nuevas normas a la orden de los franciscanos de la inmaculada. Las modificaciones que ha hecho el Papa Francisco resultan ser grandes cambios para la Iglesia católica y dan el inicio a grandes protestas por parte de los grupos conservadores que no están de acuerdo.