Ante la falta de seguridad Pública, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró a la región de América Latina como la zona que integran los países más inseguros a nivel mundial.
De acuerdo con la agencia informativa Associated Press a partir del pasado 2012 la cifra de delitos cometidos en los países latinos aumentó de manera alarmante, hechos que han modificado el estilo de vida de las familias hispanas.
Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo poco menos del 65% de los latinos redujo de manera considerable sus salidas nocturnas con fines de diversión ante el temor de ser víctimas de la delincuencia, mientras que un 13% cambiaron de domicilio.
El análisis muestra que en los países latinos cada año se cometen 100 mil asesinatos, lo que arrojó una cifra superior a un millón de muertes entre el año 2000 y el 2010. Honduras y México son los países que registraron un mayor número de asesinatos.
La lista de los países más peligrosos en cuanto a robos de Latinoamérica la encabeza Argentina con 973 delitos por cada 100 mil habitantes, en segundo lugar está México con 688 robos y en tercer sitio Brasil con 572 robos. De cada 10 robos son 6 los que se cometen con violencia.
En entrevista con la AP Heraldo Muñoz, director del Programa para América Latina y el Caribe, expresó que la inseguridad provocó un cambio radical en la vida diaria de los latinos que ahora toman mayores precauciones en la seguridad de sus familias.
"Como esto tiene un impacto en las vidas de las familias, las clases medias adineradas contratan vigilantes privados. Hoy en la región tenemos casi 50% más vigilantes privados que agentes de policía. Esto lo que hace es agudizar la desigualdad que ya existe", declaró Heraldo Muñoz.
De acuerdo a los especialistas del Programa de Naciones Unidas, la inseguridad en Latinoamérica afecta el desarrollo económico de cada país porque a pesar del crecimiento anual que registran, los índices delictivos se mantienen a la alza.
Como principales causas de la inseguridad hispana la ONU culpa al mal sistema educativo, el consumo, la poca movilidad social, el tráfico de drogas y el alto crecimiento urbano que presenta cada país.