First Posted: Aug 07, 2015 06:30 PM EDT

A muchos usuarios de redes sociales se les ha derretido el corazón con la imagen de un canguro bebé abrazando a un oso de peluche. En cuestión de minutos, la fotografía se volvió viral, causando más de un suspiro a su paso.

La postal fue compartida por Timmoty Beshara, consejero ambiental en Tazmania e hijo de una activista en favor de los derechos de los animales que trabaja en la localidad donde fue hallado el desamparado huérfano. En cuanto vio la tierna estampa, no dudo en postearla en su cuenta de twitter con el siguiente mensaje: "mi madre me envió esto. Mostrando el valor de un buen abrazo, sobre todo para un marsupial huérfano".

El nombre del pequeño mamífero es Doodlebug y su historia es un poco triste.

Según Refiere AOL, fue abandonado en la región de Nueva Gales del Sur, en Australia (se piensa que pudo caer de la bolsa de su madre). Incapaz de valerse por sí mismo, con seguridad hubiera muerto de no ser porque el equipo de WIRES, la organización de rescate de vida silvestre más importante del remoto país, lo encontró y le dio refugio.

Según informa The One Green Planet, Gillian Abott, especialista en rehabilitación animal, aseguró que el proceso de adaptación de Doodlebug va por buen camino y dentro de unos meses podría retornar a la vida silvestre. Al preguntarle el motivo por el cual se le dio un afelpado teddy bear, explicó que como ocurre con los niños humanos, las crías de canguro necesitan compañía y estímulos para tener un buen desarrollo.

La función del oso es ser un acompañante que pueda llevar a todos lados. Doodlebug pertenece a una especie conocida como canguro gris oriental, declarado en peligro de extinción debido a la tala inmoderada, que ha ido disminuyendo su hábitat natural lentamente para sustituirlo con asentamientos urbanos.

Es por ello que WIRES busca crear conciencia entre la sociedad sobre la importancia de preservar el medio ambiente y convivir en armonía con el entorno. Wires fue fundada en 1985, y actualmente, concentra sus esfuerzos en preservar la fauna nativa mediante un programa de rescate y re-inserción de ejemplares lastimados o enfermos.

Al día, atienden cerca de 400 llamadas de auxilio, y en sus instalaciones hay muchos huéspedes igual de encantadores que Doodlebug.

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