Donald Trump está asegurando que él podría deshacerse de todos los 11 millones de inmigrantes que están actualmente de manera ilegal en Estados Unidos y construir un muro para porteger la frontera con México, todo en un período de 2 años.
Según Wall Street Journal, Trump definió su plan durante una llamada con los republicanos de Alabama, una cortersía que aparentemente se ha vuelto una obligación entre los candidatos presidenciales del partido republicano empeñados en verse firmes respecto al tema migratorio como cualquiera de sus rivales.
Sin embargo, The Journal reportó que Trump “añadió un poco de especificación” a su plan. Sus anteriores declaraciones y la política de seis páginas sobre el tema que emitió el mes pasado llevó a los reporteros a presionarlo para que fuera más específico.
“Tenemos que sacarlos,” señaló Trump durante la llamada. “Si tenemos casos maravillosos, ellos pueden volver pero tendrán que venir de manera ilegal.”
El plan de Trump ha sido ampliamente criticado por los demócratas y algunos rivales republicanos por igual, con muchos de ellos estando de acuerdo en que es tanto impráctico como inmoral.
A pesar de todo, Trump ha prometido sacar a los inmigrantes del país, “tan rápido que tu cabeza dará vueltas.”
Más recientemente, Trump atacó de manera personal a su más cercano rival republicano, Ben Carson por haber criticado su plan. Él también discutió que el neurocirujano retirado no podría generar los mismos resultados con su propio plan que los que Trump presume podría ser el propio.
“No trabajaría para él porque no tiene absolutamente ninguna capacidad de gestión,” indicó Trump.
Zach Bowman, el director del compromiso del voto para el Partido Republicano en Alabama, confirmó que la llamada de Trump se llevó a cabo y el periodo de dos años de su plan. Él añadió que Trump también se comprometió a lanzar un plan de impuesto en las próximas tres semanas.
Otros candidatos republicanos también han sido parte de la serie de llamadas a Alabama, incluyendo a Carson, el ex gobernador de Florida Jeb Bush, Carly Fiorina y el senador de Texas, Ted Cruz.
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