Stewart Parnell se jactó una vez de producir los "mejores" productos de maní, pero el lunes, el ex ejecutivo de la compañía fue condenado de manera efectiva a la vida tras las rejas a sabiendas de que enviaba comida mortal.
Un juez federal condenó a Parnell a una pena de prisión de 28 años, la pena más dura jamás dada para un ejecutivo de una empresa que provoca un brote de intoxicación alimentaria. Parnell tiene 61 años y, a menos que gané una apelación, tendrá que vivir el resto de sus días en la cárcel.
Su hermano y agente alimentos, Michael Parnell ,recibió una condena de 20 años, y al gerente de control de calidad de la planta, Mary Wilkerson, se le dieron cinco.
Un jurado en el sur de Georgia condenó a Stewart Parnell hace un año por 72 cargos de fraude, conspiración y la introducción de alimentos adulterados en el comercio interestatal. El ex director general de la ahora extinta Peanut Corporation of America (PCA) fue sentenciado el lunes a la misma corte federal en Albany, no lejos de la ciudad de Blakely, donde su planta de procesamiento de maní alguna vez se benefició.
El juicio de Parnell fue innovador: nunca antes un ejecutivo de una empresa fue declarado culpable de cargos por delitos graves federales relacionadas con la intoxicación alimentaria. Parnell enfrentaba hasta 803 años en prisión, y aunque su sentencia quedó muy lejos de aquél número, defensores de la seguridad de los alimentos aclamaron el suceso como un gran paso adelante.
"Honestamente, creo que el hecho de que fue procesado en absoluto es una victoria para los consumidores", dijo Bill Marler, un abogado de seguridad alimentaria que representó a varias de las víctimas en el brote de PCA.
"A pesar de que su condena es inferior a la máxima, es la sentencia más larga jamás vista en un caso de intoxicación alimentaria", declaró Marler. "Esta sentencia va a enviar un fuerte viento frío a través de las salas de juntas en los Estados Unidos", agregó.
Para Jeff Almer, la sentencia de Parnell trajo alivio. Él había estado buscando justicia para su madre, Shirley Mae Almer, que murió a finales de 2008 después de comer mantequilla de maní contaminada con salmonela. Aún así, el día estuvo lleno de emociones encontradas.
"Estoy satisfecho de que hubo condenas y ahora penas de cárcel", explicó. "Pero no tanto en que todo esto se podría haber evitado".
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