Estudiantes de la Universidad de Austin, Texas piensan protestar a la extensión de la legislación llamada "carry campu", la cuel permite a los miembros de la comunicad portar pistolas no sólo en las áreas de tránsito común, sino en los edificios del colegio, y lo harán amarrarando consoladores a sus mochilas.
"El estado de Texas ha decidido que no es del todo desagradable permitir armas ocultas mortales en las aulas, sin embargo, tiene reglas estrictas acerca de la expresión sexual libre", señaló Jessica Jin, organizadora de dicho evento en Facebook (el cual lleva este nombre #cocksnotglocks), y es alumna de esta escuela reveló el portal USA TODAY.
El pasado mes de julio el gobernador del estado, Greg Abbott, firmó dicha legislación la cual expedirá una licencia para que los alumnos puedan ingresar con armas ocultas.
El evento se realizará en agosto del próximo año cuando esta ley entre en vigor, pues están preocupados por la creciente ola de violencia que se ha desatado en otras universidades del país, donde ha habido varios muertos por armas de fuego que llevaban otros compañeros de clase.
"Sentí mucha frustración por los que todavía estaban tratando de explicar o dar excusas para este patrón de violencia repetido, y me dije, 'Hombre, estas personas son tan consoladoras'", añadió Jin a USA TODAY.
"No podía creer que la gente podría todavía defender su propiedad de armas, mientras que las familias que miran lloran la pérdida de sus hijos".
Aunque este movimiento empezó como una broma por parte de la creadora, ahora es casi una metáfora que "pone de relieve la naturaleza masturbatoria del poder que las personas derivan de la posesión de armas", rescató el portal The Guardian.
Más de 4600 personas se han comprometido a participar, pues según ella, éstas herramientas que se utilizan para el juego sexual son "casi tan eficaces como [armas en] que nos protegen de los tiradores sociópatas, pero mucho más seguro para el juego recreativo", Jin escribió en su descripción del evento.
Aquellos que los llevan al campus son castigados con una multa de 500 dólares, considerada como un delito menor.
Aclaró que si la afluencia de personas es muy grande, ella misma buscará un patrocinio para proveer a los estudiantes de estos juguetes
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