Alrededor de las 20:30 horas del domingo 18 de octubre, Jesse Hernández iba rumbo a su trabajo como asistente de custodio del Departamento del Sheriff de Los Ángeles y notó que había un autobús bloqueando las líneas tres y cuatro de la autopista 60, cerca de la salida de Hacienda Blvd.
Según un comunicado del departamente donde labora el héroe, Hernández vio que salían llamas de la parte trasera del compartimiento del motor e inmediatamente se acercó para ver si podía ayudar. Fue entonces que se dio cuenta que habían pasajeros a bordo, golpeando desesperadamente la puerta de emergencia que parecía estar atascada.
Hernández forzó la manija de la puerta para ayudarlos a salir, logrando liberar a 42 pasajeros adultos, incluyendo al conductor.
"Sin duda en mi mente no habría hecho lo que él hizo, hubiéramos tenido una gran tragedia", comentó Jim McDonnell, Sheriff del condado de Los Ángeles. "Así que estamos muy orgullosos de él".
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Para asegurarse de que no habían quedado pasajeros encerrados o inconscientes en el autobús en llamas, Hernández entró a la unidad que estaba llena de humo para registrar el vehículo, pero afortunadamente todos habían abandonado el auto incendiado.
"No quería volver después y encontrar a alguien que estuviera en el autobús, así que corrí lo más rápido que pude e hice un chequeo rápido en toda la unidad, desde el frente hasta atrás", comentó Hernández.
Gracias a las acciones de Hernández, todos los pasajeros lograron escapar con vida.
Jesse ha trabajo en el departamento del Sheriff de Los Ángeles desde 2012 y aspira a ser comisario en el futuro.
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