Hace unos días comentamos que después de casi diez años de no haber visitado México, el mandatario cubano Raúl Castro ha programado un vuelo para llegar hoy a a Yucatán y planea quedarse hasta el sábado 7 de noviembre.
México y Cuba han tenido relaciones diplomáticas ininterrumpidas durante más de 110 años, a pesar de los momentos tensos entre los dos países. Hace 13 años ocurriría el suceso entre los entonces presidentes Fidel Castro y Vicente Fox, donde el presidente de México, presionado por George W. Bush, tras la conferencia Internacional sobre Financiamiento al Desarrollo, se vio obligado a decirle en un desayuno especialmente programado para Castro: "comes y te vas".
Este escándalo por suerte no afectó de ningún manera la relación de ambas naciones, pero no ha sido la única vez que ha habido esa tensión provocada por otros países. En 1962, durante la guerra fría, la Organización de los Estados Americanos (OEA) expulsó a Cuba y el único país que se opuso a tal decisión fue México, de igual manera se negó a romper las relaciones diplomáticas con la isla, como los demás países lo hicieron.
Con esta decisión, tanto el PRI como el mandato de Fidel Castro tuvieron ventajas en México, pero no todo es para siempre. El final de la Guerra Fría y la caída de la URSS arruinarían los planes del posicionamiento estratégico de Cuba y obligaron a México a aceptar su destino manifiesto dictado por la geografía, ocasionando una nueva tensión geopolítica entre la isla y México.
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Tres años después de este suceso, un momento más de tensión llegaría para el dúo, la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Canadá y Estados Unidos, aunque esto por el momento no afectaría nada a Cuba, sería en 1993 cuando un bote precedente de Cuba naufragó en las costas de Quintana Roo, ocho personas fueron deportadas y esto ocasionó la molestia de la comunidad cubana en Miami, quienes pedían rechazar la firma del TLCAN a los representantes de Florida.
Los representantes hicieron caso y estuvieron a punto de negarle la firma a México, quien no tuvo más opción que otorgarle visas a los ocho deportados para viajar a Estados Unidos. Esta no fue la única tensión que el gobierno de Salinas tuvo que enfrentar para mantener las relaciones con Cuba, pero hoy tenemos pista de que las relaciones pudieron sobrevivir.
No olvidemos que en 2004 se dio el punto más bajo de las relaciones cuando hubo retiro de embajadores y se evitó la ruptura oficial.
La vuelta del PRI a Los Pinos llevó mucho entusiasmo a La Habana después de la pérdida de confianza ocasionada por los 12 años de gobiernos panistas. La llegada de Enrique Peña Nieto prometía un nuevo impulso a la relación bilateral.
Con un escenario regional e internacional completamente distinto ¿se optaría por retornar a la vieja ecuación priista-castrista omitiendo el paquete ideológico, o por el contrario se diseñaría un nuevo entendimiento transformador de la relación bilateral?
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Con la actualización del modelo socialista y el entramado de reformas económicas en Cuba, el gobierno de Peña Nieto trazó los ingredientes para abrir una nueva etapa de la relación bilateral que estaría determinada por la lógica económica, comercial y de inversiones.
Lo que nos deja en claro que la visita de Raúl Castro a México es el inicio de una nueva etapa en la relación. Y ahora que Cuba y Estados Unidos también se encuentran en posiciones mejores, se avecina una era de grandes proyectos e ideas para la isla.
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