El Papa Francisco comentó el domingo durante la misa en el Vaticano que utilizar el nombre de Dios para justificar la violencia es un sacrilegio, tras los brutales ataques en París del pasado viernes, adjudicados por el Estado Islámico.
"Quiero reiterar con firmeza que el camino de la violencia y el odio no resuelve los problemas de la humanidad, y que usar el nombre de Dios para justificar este camino es una blasfemia", dijo el pontífice ante miles de peregrinos en la Plaza de San Pedro.
"Tanta barbarie nos deja consternados y uno se pregunta cómo puede el corazón del hombre idear y realizar eventos tan horribles, que han trastornado no sólo a Francia sino al mundo entero", reveló el Papa. "Quiero reafirmar con vigor que la vía de la violencia y del odio no resuelve los problemas de la humanidad y que utilizar el nombre de Dios para justificar esta vía es una blasfemia", exclamó.
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El pontífice argentino rogó por que nazca "en los corazones de todos pensamientos de sabiduría y propósitos de paz", y pidió a los fieles que se recogieran con él en unos instantes de silencio y rezar un ave María.
"Los invito a unirse a mi oración: confiemos a la misericordia de Dios las inermes víctimas de esta tragedia. Que la Virgen María, madre de misericordia, suscite en los corazones de todos, pensamientos de sabiduría y propósitos de paz. A ella le pedimos que proteja la querida nación francesa, la primera hija de la Iglesia, Europa y el mundo entero", pidió el Papa.
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El Estado Islámico (ISIS) se atribuyó la responsabilidad por los ataques que causaron la muerte de más de cien personas y comentó que la masacre era una represalia por las ofensivas militares de Francia en Siria e Iraq, y amenazó a varias naciones con el mismo nivel de violencia que en Francia.
Mientras, por parte de las autoridades italianas, se elevó la seguridad al nivel número dos, que precede el máximo y permite el despliegue de cuerpos especiales del ejército en las calles, mientras que los cuidadanos inundaron las redes sociales con el hashtag #stopgiubileo. Es decir, "detengamos el jubileo", que atraerá a partir del 8 de diciembre a cientos de miles de personas a la ciudad eterna, considerada por muchos sin la preparación correcta para tal evento, que resultaría un blanco perfecto para un ataque terrorista.
El padre Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, pidió calma y aseguró que el Jubileo de la misericordia convocado por el Papa "es aún más necesario".
"Si nos dejamos asustar habrán logrado su primer objetivo, y es una razón de más para resistir a la lógica del odio y del homicidio", aseguró.
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