En San Antonio, uno de los seis municipios venezolanos que desde agosto está bajo estado de decepción en el fronterizo estado de Táchira, no parece que falta una semana para las elecciones legislativas.
En las calles hay más militares y puntos de control que propaganda de campaña, esto tras un decreto del presidente Nicolás Maduro donde el argumento es combatir la inseguridad y el contrabando
Tras el cierre de la frontera con Colombia, como parte de las medidas especiales, las plazas y calles lucen vacías, algunos derechos están restringidos y hay quienes dicen que el miedo a opinar se siente en cada esquina, mientras otros evitan salir por lo que los candidatos recorren casa por casa.
Este hecho combinado con una brutal crisis económica causada por los controles disfuncionales y la caída del precio del petróleo, le otorga a la oposición una mejor oportunidad en 16 años para poder ganar la Asamblea Nacional de los socialistas gobernantes. Aunque las filas para comprar gasolina se han reducido notablemente en las últimas semanas, la economía reprimida sigue ocasionando largas filas para comprar alimentos.
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En una encuesta realizada, se mostró que un 89,5 por ciento están descontentos con la situación de la nación de la OPEP, reveló Datanálisis en su estudio a 999 personas con un margen de error del 3,04 por ciento. El impacto de las medidas especiales es determinante para muchos en la intención de voto.
"Ustedes nos pusieron a aguantar hambre, por eso este 6 de diciembre les vamos a decir no más", comentó molesto Freddy Romero, quien trabaja en el gremio de transportes de carga, ramo afectado por el cierre fronterizo.
"A nosotros en lo particular nos ha mejorado la calidad de vida, porque nosotros sabemos que en esa frontera viene mucha inseguridad", comparte Alexander Freites, quien a pesar de la situación, saldrá el 6 de diciembre para votar.
Una campaña electoral bajo medidas especiales es una situación inédita en Venezuela. Eugenio Martínez, experto en temas electorales, comenta que "aunque el estado de decepción no restringe el derecho a votar, si restringe el derecho a hacer concentraciones públicas, manifestaciones públicas, incluso estrategias de movilización que pueda tener cualquier partido o grupo", dijo.
A pesar de que la popularidad del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha saltado en el lapso previo a las elecciones legislativas cruciales del domingo, no son lo suficiente altas para evitar una victoria de la oposición.
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Mientras, la oposición promete derogar el decreto de estado de decepción de obtener la mayoría en el parlamento y denuncian ser víctimas de persecución.
"Si yo me traslado en mi carro y voy a un barrio, la guardia nacional se acerca, nos revisa el carro... No hacemos ningún tipo de convocatoria, la hacemos simplemente de forma verbal o mensaje de texto y de esa forma es que hemos ido coordinando todas las actividades electorales, prácticamente en la clandestinidad," mencionó José Gregorio Hernández, secretario de la organización Acción Democrática del municipio de Bolívar.
El estado de decepción no sólo afecta a Táchira, también Zulia, Amazonas y Apure, en una situación que según los expertos podría impactar la elección directa de diez diputados nominales, nueve por lista y dos representantes indígenas, es decir 21 escaños.
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