Era una fría noche de febrero en el 2015 en el condado de McAdoo en Pensilvania, Justin Smith caminaba rumbo a su casa, la nieve le impedía ver el camino, él estaba contento porque había estado en una reunión con sus amigo y se le hizo tarde, ya casi no podía ver nada, cuando de pronto tropezó, cayó al suelo, se golpeó la cabeza y quedó tendido en el manto blanco de la nieve, inconsciente, informó BBC.
Eran la 1 y 15 minutos de la tarde, su papá Don Smith se dio cuenta de que su hijo no llegó a dormir cuando una de sus amigas llamó a casa para preguntar si había llegado bien Justin, ya que le indicaron que él se había ido cerca de las 9:30 de la noche a su casa, y ahí realmente se preocupó, tomó el auto y partió a buscarlo.
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"Empece a buscarlo en el último lugar donde lo vi", explica Don.
Era difícil distinguir algo por la espesa nieve que había caído en la noche, pero a lo lejos, en el camino, al giar en una esquina, vio unas botas asomándose, rápido Don bajó del auto temiendo lo peor y tenía razón, era Justin, su único hijo que tenía una coloración azul y carecía de pulso, había estado a la intemperie a -4ºC.
"Comencé a llorar y a decirle Justin, tu no puedes dejarme, no puedes dejarme'", recuerda el afligido Don Smith mientas sacudía el cuerpo de su hijo.
Emmet Thomas, paramédico llegó al lugar y encontraron a Justin sin signos vitales y a una temperatura inferior a los 20ºC.
"Estamos en la escena con un hombre de aproximadamente 25 años que fue encontrado inconsciente en un banco de nieve, sin pulso aparente y la temperatura no se registra con un termómetro regular", informó Thomas al hospital al llegar al lugar.
Todo indicaba que ya había fallecido desde hacia ya varias horas, aún así el personal de la ambulancia llamó al médico Geral Coleman en para pedir instrucciones.
"Algo dentro de mí me dijo tengo que darle a esta persona una oportunidad, no me sentía como declarándolo muerto por hipotermia", recuerda el Dr. Coleman.
Y así fue, les indicó que aplicarán RCP (reanimación cardiopulmonar), sin perdida de tiempo los paramédicos realizaron presión en el pecho de Justin y respiración de boca a boca por un largo tiempo, hasta que la tormenta de nieve les permitió trasladarlo al hospital.
En medio de todos esos esfuerzos Don ya había perdido las esperanzas y llamó a su esposa para darle la mala noticia: Justin había muerto.
Cuando llegaron al hospital fueron recibidos por 15 personas bajo el código azul.
"Recuerdo haber tocado sus extremidades y se sentían como un bloque de concreto" señala la enfermera Nichole Ditzler.
"Cuando vi el dolor de su padre Don, me fue imposible declararlo muerto, tenía que hacer algo mas", recuerda el Dr, Coleman.
La única esperanza de Jostín era trasladarlo al hospital de Lehigh Valley Health Network por helicoptero, un vuelo de 18 minutos y durante todo este tiempo los paramedicos le dieron a Justin RCP.
"Al ver los esfuerzos que hacían los médicos, yo entré por la puerta del helicoptero y le di un beso en la frente a mi hijo", dice con lagrimas en los ojos Don.
El Dr. James Wu, quien al ver la emergencia sabía que la única oportunidad que tenía el joven era conectarlo a una máquina de oxigenación por membrana extracorporal (ECMO) que calentaría y oxigenaría su sangre, así es como salvaría sus pulmones y su corazón dañados por el congelamiento.
"El Dr. Wu dijo que no se veía bien, que las esperanzas eran del 50%" recuerda Ashley Smith, hermana de Justin.
A los 90 minutos el milagro hacia su aparición, Justín empezó a subir su temperatura y su corazón comenzó a latir por sí mismo.
"Cuando Justin salió de la sala de operaciones estaba todo lleno de aparatos y no se veía bien, sus manos y pies estaban negros", dice Sissy Smyth, madre de Justin.
Pero aún continuaba inconsciente, su cerebro seguía congelado y no mostraba ningún signo de restablecerse.
15 días pasaron donde la de angustia, zozobra y desesperación invadió a sus familiares, pero la recomienza llegó y Justín despertó con la sorpresa de que su cerebro no tenía secuelas, estaba completamente sano.
"Lo primero que recuerdo es despertar y ver a mi mamá, a mi papá y a mis 2 hermanas alrededor mío", dice Justin.
La experiencia le dejó como recordatorio el haber perdido los dedos de un pie y los dedos meñiques de sus manos, los cuales fueron amputados al gangrenarse, por lo que debió aprender a caminar y a usar sus manos otra vez.
"El milagro médico consiste en suerte y mucho trabajo", asegura el Dr. Wu.
Hoy, a un año del accidente que casi le cuesta la vida, Justin es un joven que volvió a su hogar, vive una vida con completa normalidad, es un chico activo que gusta de jugar golf y que ya tiene como meta retomar sus estudios en la Universidad Estatal de Pensilvania.
"El volvió completamente normal, es como si nunca hubiera pasado nada", añade feliz su papa Don.
A manera de broma y con admiración sus amigos le han apodado "The Iceman" o el hombre de hielo. Y quizás lo sea, porque Justin es el único caso de hipotermia severa en el cual se ha sobrevivido.
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Si quieres conocer la historia de viva voz de Don, Justin y los médicos que lo atendieron ve el siguente video:
Found FrozenOn Feb. 21, 2015, it was -4 degrees when Justin Smith was found frozen solid, showing no signs of life. Hear his amazing survival story: https://bit.ly/1Pb7wEL
Posted by Lehigh Valley Health Network on lunes, 18 de enero de 2016
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