Era el inicio de 1944, la mayoría de los países estaban envueltos en una Guerra Mundial, decenas de hombres pertenecientes a ejércitos aliados desembarcaban en Europa, se preparaban para el histórico Día D.
Entre esos soldados se encontraba un joven de 21 años, Norwood Thomas, un paracaidista que pertenecía a la División Aerotransportada 101 de EE.UU. quien llego a Londres, Inglaterra en espera de instrucciones.
En el mismo lugar se encontraba Joyce Morris de apenas 16 años, una hermosa jovencita de grandes ojos, cabello risado y negro, que lucía una sonrisa que encantaba.
El Flechazo fue inmediato, Thomas y Morris se volvieron inseparables prácticamente desde que se conocieron pasaron meses juntos a las orillas del Río Támesis que fue testigo de su gran amor.
Pero una gran prueba para su amor vendría al finalizar el mes de mayo, Thomas fue requerido en su división para el desembarco aliado en Normandia. Se despidieron con lagrimas en los ojos, se juraron amor eterno y el partió a la guerra dejando a Joyce, no sin antes prometerle que cuando todo eso acabara ellos volverían a estar en contacto.
La Guerra continuo, los aliados ganaron y Alemania perdió, el mundo destruyo a los nazis y Thomas regreso a casa.
Cumpliendo con la promesa, Thomas escribio Joyce anunciandole que estaba bien y que ya se encontraba en Estados Unidos, la carta de respuesta de ella tardo meses en llegar, y así siguieron por un tiempo hasta que la comunicación se perdió.
Ambos se casaron, tuvieron sus propias familias y vivieron separados, pero con su amor intacto y aún en el recuerdo. Thomas conservó el retrato de su amada Joyce como el más grande de sus tesoros.
Hasta que un día, Joyce, ahora de 87 años, al ver a su hijo Rob trabajar en la computadora le pregunto: "¿Con eso puedes buscar a gente en cualquier parte?" su hijo asintió y ella le dio el nombre de Thomas, le contó su historia y lo mucho que le agradaría poder volver a verlo.
La busqueda de Thomas se hizo por Google y se encontro un reportaje donde se hablaba de cumplir el deseo de un veterando de guerra que quería saltar en paracaídas nuevamente, Rob se puso en contacto con la reportera del diario para que le facilitara la localización de Thomas.
Fue así como Thomas de 93 años y Joyce de 88 pudieron volver a verse vía Skype y el amor volvió a florecer, las familias de ambos estuvieron presentes también y pasaron mas de 2 horas hablando.
Ahora Thomas espera con impaciencia la llegada de Febrero, cuando partirá a Australia a reencontrarse con su amor de juventud, el y Joyce para pasar el Día de San Valentín juntos.
"No tengo idea de lo que mis emociones van a ser una vez que nos encontremos cara a cara" Dijo Thomas, pero estamos seguros que de un amor que no apagaron 72 años, solo cosas buenas puede traer a la pareja.
Mira el video del enternecedor encuentro
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