First Posted: Feb 01, 2016 01:36 PM EST

Hoy en día el internet se ha convertido en parte fundamental de nuestra vida diaria, ya que a través de él podemos hacer muchas de nuestras actividades diarias. Pero también proporcionamos datos personales, los cuales pueden ser utilizados con fines perversos.

A diario estamos expuestos en las redes sociales, en las que compartimos datos relevantes de nuestra vida, sin darnos cuenta. Si de fraudes se trata, Internet es el escenario ideal para que estos tomen su propio curso.

Te presentamos cinco habituales acciones que ponen en riesgo nuestra privacidad:

Aplicaciones para espiar: Por saber qué hacen los demás, se instalan cualquier aplicación que promete descubrir la contraseña del Facebook, saber quién entra a su propio perfil o acceder a chats ajenos de WhatsApp.

Estos son sólo una artimaña ya que nunca le revelan la contraseña, pero sí se roban la propia, envía mensajes a contactos sin que se dé cuenta y se adueñan de sus cuentas.

Los videos eróticos fantasma: "El video que Facebook no quiere que se publique", "Mira este video antes de que lo borre Youtube", "Si eres hombre y te encantan las mujeres, tienes que ver este video", "Estas chicas se revuelcan en lodo por un hombre". Estos titulares van acompañados de la imagen de un video subido de tono.

Todo está planeado para que sea atractivo y morboso, por lo que es casi imposible no darle clic. Pero lo único que hacen estos vídeos es abrirles la puerta para que hackeen las cuentas. Al darle clic, estos archivos se comparten automáticamente en su cuenta.

La fiesta que nunca fue: "¡Mira esta foto en la fiesta de anoche! ¡Te ves genial!" Es la frase genérica que llega desde una cuenta hackeada. Puede venir de un amigo en Facebook, un mensaje directo de alguien que lo sigue en Twitter o de un contacto en su correo. Al hacer clic en el enlace que supuestamente muestra la foto, te llevará a otro sitio muy diferente.

Este sitio estará descargando un virus en el dispositivo o espiarán su navegación y sus contraseñas en la computadora sin que usted se dé cuenta.

Las contraseñas: El exceso de información pública al alcance de cualquiera, como las fechas de cumpleaños de los hijos, el nombre del perrito que acaba de irse al cielo de las mascotas o la foto del primer carro, son perfectos para que cualquiera adivine una contraseña.

La mayoría de las contraseñas son las relacionadas con los datos, las fechas y los nombres más relevantes en la vida de una persona. Pero si esta no se logra descubrir, las preguntas de seguridad que existen como filtro para proteger nuestra seguridad en caso de olvidar la contraseña hacen incluso la tarea más fácil.

El correo del banco: La modalidad más directa y más peligrosa, son la de los correos falsos de bancos y administradores de correos electrónicos. Los correos falsos de banco le piden descaradamente responder el mensaje con sus números de tarjeta o sus claves, como una supuesta acción para actualizar datos. Los bancos y compañías importantes no piden información de este tipo por correo.

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