First Posted: Jun 19, 2014 04:21 PM EDT

El primer equipo en ganar tres torneos importantes de manera consecutiva. El primer equipo europeo en ganar la Copa del Mundo fuera de su continente. Uno de los tres campeones del mundo en no conceder más de dos goles en el torneo. Una racha de 10 partidos de eliminación directa sin permitir anotación. El campeón con menos goles marcados. Seis años sin precedentes de éxito.

Esa fue la legendaria España de 2008 a 2012. Un equipo que pasó de ser odiado por sus propios fans a ser alzados como dioses. Las expectativas previas al Mundial de Brasil no podían ser más altas para la Furia Roja. Todos estaban tan acostumbrados a ganar que daban casi un hecho que podían conseguir el anhelado cuarto título en Sudamérica. Tal vez su última parte de historia sería ser el primero en ganar cuatro torneos al hilo y ser el primer equipo europeo en conquistar el continente americano.

Pero no se dio. España continuó estableciendo récords durante esta semana, pero no los que se esperaban. El devastador 5-1 a manos de los holandeses fue la peor derrota de un campeón mundial reinante. La siguiente caída de 2-0 contra Chile marcó otro récord convirtiendo a España el primer campeón defensor en no sólo perder dos partidos consecutivos, sino también ser el primero en estar eliminado en el segundo juego. Y al hacerlo, España se unió al exclusivo grupo de campeones previos que fracasaron en su intento de superar la fase de grupos; España fue el quinto campeón en cumplir este criterio.

Todos los jugadores han tomado la decepción con dignidad. Los primeros reportes de los medios de comunicación presentaron a los jugadores reconociendo que simplemente no estaban listos o no fueron lo suficientemente buenos. El entrenador Vicente del Bosque estableció que la eliminación fue merecida.

Pero aunque el éxito duró seis años, el fracaso llegó rápidamente en seis días. Lo que marcó el final de una era.

Entonces, ¿qué fue lo que falló en el que era posiblemente el mejor equipo del mundo?

En la primavera de 2013, Barcelona recibió un apabullante 7-0 por parte de Bayern Munich; una derrota que mostró al Barcelona ser aniquilado por un equipo fuerte que jugó físicamente y con increíble velocidad y ritmo. EL juego de Bayern Munich contrastó en gran manera con el de los Culés. El equipo español jugó con pases deliberadamente lentos que dirigía casi todo el juego por el centro. Le ha tomado a Barcelona varios años y han hecho tanto al club como a la Selección Española extremadamente exitosos. El equipo perdió, pero las derrotas eran por poco margen, nada abultado que causara preocupación. Pero la caída ante Bayern Munich fue la prueba que se escuchó alrededor del mundo. "El Tiki Taka Ha Muerto" fue la frase que se repitió continuamente. "El Tiki Taka Fue Expuesto" fue otra variación del mismo tema. Para los puristas y los que los apoyaban, ese tipo de afirmación fue negada. Era una aberración. Barcelona era demasiado bueno. Eso nunca pasaría.

Pero sucedió. Y sólo dos meses después. Fue el 30 de junio y España jugaba la final de la Copa Confederaciones contra Brasil en el Maracaná. España había salido airosa de una desgastante semifinal contra Italia en donde se mostró en momentos vulnerable. Pero el equipo logró, como siempre lo hizo en su racha de seis años, encontrar la manera de ganar. Así que llegó al partido con la oportunidad de llevarse el único trofeo (de menor relevancia) que no había podido obtener durante su época dorada. Pero en el primer minuto, el sueño se había terminado. España estaba desorganizada en la defensa y concedió de inmediato ante un Brasil energizado. Luego de eso, España pasó los siguientes 89 minutos intentando jugar su estilo de toque. Pero fracasó en largos períodos debido a que Brasil presionó incesantemente en el medio campo e interrumpió los toques de Xavi e Iniesta. Xavi de 33 años, ya se veía como una sombra de los que fue, pero la mayoría pensaba que su inteligencia podía superar las limitaciones físicas. Al final, España perdió 3-0 y la destrucción de Barcelona de dos meses atrás volvía a hacerse presente. ¿Realmente era el fin de la era?

Algunos escritores, incluso éste, buscaron razones para justificar el colapso. El equipo no jugó con su parado 4-2-3-1. Brasil había descansado más. El clima. Sólo era la Copa Confederaciones. Pero eso sólo fue un pequeño aplazamiento de lo que pasaría finalmente.

España calificó decentemente en el invierno e incluso la derrota contra Sudáfrica no causó grandes preocupaciones.

Pero después, España demostró en la Copa del Mundo que todo había cambiado. El juego contra los holandeses no fue tan malo desde el principio. España se veía confiada y mantuvo bien el balón. Parecía haber urgencia en los pases. Una evidente intención de darle el esférico a Diego Costa tan pronto como fuera posible. Funcionó en ocasiones, pero falló en otras. Pero nunca pareció que España estuviera buscando el partido. Luego la Roja consiguió la ventaja de 1-0 (algo que irónicamente nunca sucedió con este equipo durante sus últimos cuatro años) y todo parecía estar en su lugar. Pero todo se fue al traste. Davis Silva falló una clara oportunidad y luego Robin van Persie anotó un maravilloso gol que tal vez nunca ha anotado en su vida y nunca más lo hará. Y entonces el Tiki Taka se fue cayendo a pedazos. El equipo se veía incómodo con el balón en la segunda mitad.

Después de la increíble caída, el mundo tuvo un doloroso suspiro, pero algunos se rehusaron a perder la fe. La situación no podía ser peor. Ciertamente era una aberración, al igual que lo fue la derrota de 7-0 del Barcelona contra Bayern Munich, y la caída de 3-0 contra Brasil. Pero este realmente era el fin.

Aunque España sabía que tenía que jugar como finales el resto de la competición, el equipo inexplicablemente salió desorganizado contra Chile. Los campeones mundiales lucían incómodos con el esférico y fallaron en establecer cualquier tipo de juego. Fracasaron de la peor manera posible.

Uno podría decir que esto oficialmente enfatizó el fin del Tiki Taka, pero otro también podría afirmar que esto no fue Tiki Taka en lo absoluto. España pasó el balón, pero se veía una urgencia que carecía de paciencia que era evidente en otras plantillas exitosas. El movimiento del balón fue más directo lo cual fue una espada de doble filo. Agarró a las defensas fuera de posición en pocas ocasiones, pero también hizo que España fuera más predecible y fácil de contener. La velocidad del juego de España significó menos control e hizo a la escuadra más susceptible en los contra golpes, lo que eventualmente fue su perdición. Las decisiones se tomaban precipitadamente y el resultado final estuvo lejos de ser eficaz o sólido. Sólo mira el balón perdido de Xabi Alonso que derivó en el primer gol de Chile. Intentó regresárselo a sus defensas pero estaba bajo presión y en lugar de mandar la pelota afuera (estaba parado en la línea), trató de pasarla a un compañero que estaba siendo presionado por un chileno, y el balón eventualmente terminó en la red. Contra Chile, España trató de implementar un ritmo más rápido en los pases, pero fue constantemente sofocado por el alta presión del juego de los sudamericanos.

Irónicamente, fue esta presión que ha sido un elemento importante en España no estuvo presente en este torneo. De hecho, tampoco se presentó en España ni en Barcelona desde 2012. Una vez que los ibéricos perdieron el balón, el equipo trotó hacia el oponente, pero rara vez les complicaba el pase al compañero.

Todo esto pudo deberse a su forma física, por extensión, es la mayor razón del por qué se esfumó tan rápidamente en el torneo - la edad.

Cuando Vicente del Bosque eligió volver a llevar a 16 de los 23 jugadores que ganaron el Mundial hace cuatro años, fue duramente criticado. Con jóvenes talentos como Isco, Álvaro Morata, Alberto Moreno, Asier Illarramendi, y algunos más experimentados en gran forma como Raúl García y Diego López, tenía una cantidad de jugadores de dónde escoger. Obviamente será criticado por ignorar a otras estrellas, pero su trabajo fue elegir a los mejores jugadores. Tal vez fue cuestión de lealtad y darle a los ganadores del 2010 una oportunidad de retener el trofeo que ellos mismos ganaron. Pero también significó llevar a un equipo en donde muchos tienen 30 años, y algunos ya pasaron su mejor momento.

La Prueba A es Iker Casillas, o San Iker como fue conocido durante años. El capitán llegó a la competición con la oportunidad de romper el récord de más minutos sin conceder gol en una Copa del Mundo. Permitió cinco en su primer juego y varios fueron su culpa. Su error en la Champions League dio mucho de que hablar, pero el primer juego demostró que no fue algo esporádico, una coincidencia, o aberración. Casillas estaba en muy mala forma. José Mourinho tuvo razón todo este tiempo. De los siete goles que concedió España durante estos dos partidos, por lo menos tres se le achacan a Casillas, tal vez hasta cuatro o cinco.

Prueba B es Xavi, el símbolo del estilo de juego de España y Barcelona. A sus 34 años, él ya tuvo su mejor momento hace dos o tres años. Estuvo estupendo en la Euro 2012, pero mostró signos de declive desde marzo de 2013. Estuvo pésimo contra Holanda y desapareció completamente en el segundo tiempo. Su influencia y su inteligencia en el pase han dejado de existir.

Prueba C sería Xabi Alonso de 32 años quien tuvo un horrible torneo. El hombre que hizo caminar al Real Madrid durante la temporada 2013-14 no podía hilar una serie de pases acertados. Él tuvo culpa en el primer gol de Chile y su habilidad defensiva no apareció. Su mala forma de juego fue la razón del por qué el afamado doble pivote de Del Bosque no funcionara.

Prueba D es la más inexplicable de todas. Cuando Fernando Torres fue elegido en los 23 de España, todo el mundo se sorprendió. ¿Cómo un jugador de 30 años quien solo tuvo seis goles en la Premier League jugando para un equipo importante como Chelsea esté en la escuadra que defenderá el título? Pero lo peor fue que fue llamado durante los juegos para darle un impulso defensivo. Resultó poco sorpresivo que no tuviera impacto en el equipo.

Pero todo cae en Del Bosque y la lealtad a sus jugadores. Él llevó a esos jugadores a Brasil con miras a ganar la Copa con ellos, incluso si ya habían pasado su mejor momento. Y aunque su decisión fue terrible anteriormente, sólo fue peor para el hombre que usualmente siempre acierta.

Diego Costa ha sido el tema de las conversaciones durante meses con muchos preguntándose si encajaría al sistema. ¿Era incluso físicamente el indicado para hacer el trabajo? Esas preguntas fueron respondidas en el primer juego cuando el hispano brasileño falló miserablemente contra Holanda. Él ganó un controversial penalty, pero hizo muy poco. Por qué Del Bosque optó por darle una segunda oportunidad es desconcertante. Aunque Costa tuvo más impacto en este juego, estuvo lejos de ser la respuesta. Que el jugador con más goles en la historia de la Selección Española, David Villa (el jugador de 32 años que fue el héroe del éxito en el 2010) no haya jugado un solo minuto en los primeros dos juegos fue sorprendente.

Finalmente las malas decisiones tomadas por Del Bosque aunado con la edad y el estilo de juego obsoleto o mal ejecutado fueron lo que llevo a España a la ruina.

Todo lo bueno tiene su fin de una u otra manera. Y en una cancha donde todo cambia en un instante en los deportes, los ganadores de ayer se convertirán en los perdedores de hoy. España había pasado de ser vilipendiado por su propio país a ser héroes de leyenda. Ahora han vuelto a la tierra como los simples mortales, capaces de sentir el dolor de la derrota. Pero al igual que todos los que han caído, ahora es tiempo de levantarse. Tiempo para la reconstrucción. El espectáculo ha terminado. El telón ha caído. Pero sin duda habrá un nuevo show mañana con un nuevo elenco. Y tal vez pueda ser tan memorable como el anterior.

© 2015 Latino Post. All rights reserved. Do not reproduce without permission.