Tal día como hoy, hace tres años, el vuelo MH370 de las aerolineas de Malasia partía pasadas las doce y media de la noche del aeropuerto de Kuala Lumpur en dirección a Pekín. A bordo de este Boeing 777-200ER, uno de los modelos con menos siniestros de la historia, viajaban 227 pasajeros y sus doce tripulantes. Desde entonces, nada se sabe de ellos en uno de los misterios más espeluznantes de la aviación, ya que el aparato se perdió de los radares y todavía no ha aparecido.
A los cuarenta minutos de vuelo, cuando el avion se aprosimaba a vietnam donde el golfo de Tailandia confluye con el Mar del Sur de China, el piloto pronunció sus últimas palabras con la torre de control. «Buenas noches, Malasia 370», dijo de forma algo extraña a la una y veintiuna de la madrugada (hora local). Luego, el aparato cortó sus comunicaciones y se esfumó del radar por causas aún desconocidas.
Según descubrieron los satélites espaciales Inmarsat tras dos semanas de investigaciones, el vuelo MH370 siguió un rumbo totalmente distinto y, en lugar de dirigirse al nordeste, giró hacia el suroeste, atravesó de nuevo Malasia y estuvo volando siete horas más hasta que, al quedarse sin combustible, cayó en algún punto del Océano Indico al oeste de Australia.
¿Por qué? De momento, nadie lo sabe y los investigadores mantienen abiertas todas las hipótesis: desde un secuestro que salió mal hasta el suicidio de alguno de los dos pilotos pasando por un incendio eléctrico en la bodega que asfixió a los ocupantes del aparato, que siguio volando en modo automatico hasta que se estrello en el mar al quedarse sin combustible. Alimentadas por la imaginación, otros teorías conspiparanoicas apuntan a que el aparato pudo haber sido robado por Rusia o incluso abducido por los extraterrestres.
Tras rastrear durante dos años con sonares submarinos una zona de 120.000 kilómetros cuadrados del Océano Indico con un coste de 150 millones de euros, los tres países encargados de la búsqueda (China, Malasia y Australia) la suspendieron temporalmente en enero, a la espera de hallar nuevas pistas que permitan retomarla. Aunque desde julio de 2015 han aparecido más de una veintena de piezas del vuelo MH370 en diversas islas y zonas costeras de África, a miles de kilómetros del lugar donde estaba siendo buscado, ninguna ha permitido encontrarlo. Para desesperación de las familias de los pasajeros, las autoridades detuvieron hace dos meses el rastreo y aseguran que lo retomaran de nuevo si aparece nuevas . Pero los familiares temen que este sea el fin de la búsqueda.
Para que el fatídico vuelo MH370 de Malaysia Airlines no se quede en un enigma aéreo, las familias de los pasajeros quieren seguir la búsqueda por su cuenta, como ya han hecho algunos grupos que han hallado restos en Madagascar. Con ese propósito, esperan recaudar unos 15 millones de dólares (14 millones de euros) en una campaña que anunciaron el pasado sábado en Kuala Lumpur. «No empezaremos a recoger el dinero hasta que estemos seguros de que los gobiernos no van a retomar la búsqueda y se hayan analizado y revisado completamente los datos actuales», explicó Grace Nathan, una abogada malasia cuya madre, Anne Daisy, viajaba en el avión, según informa la agencia Reuters.
El año pasado, un grupo de expertos internacionales ayudó al colectivo Voice 370, que reúne a los familiares de los pasajeros, a buscar restos en la costa oriental de África. Allí fue donde Jiang Hui, cuya madre iba en el avión, halló una pieza del MH370. «Pensé que tenía mucha suerte por este milagro, pero luego me di cuenta de que era inútil porque este tipo de búsqueda tenían que hacerla el Gobierno», se quejó a Reuters durante el homenaje celebrado en la capital de Malasia.
El Gobierno de este país ya se ha coordinado con otros de la costa africana para rastrear el mar en busca de restos del MH370, ya que los últimos aparecieron hace solo dos semanas en Sudáfrica. Mientras tanto, los parientes de los pasajeros llevan ya tres años carcomidos por la misma pregunta: ¿dónde están sus seres queridos y qué le pasó al fatídico vuelo MH370 de Malasia?