Venezuela se ve actualmente obligada importar 150.000 barriles de los 250.000 que consume a diario, para esto recurre a países como Canadá, Brasil, España y Estados Unidos. Iván Freites, dirigente de la Federación Única de Trabajadores Petroleros de Venezuela y del sindicato del estado Falcón dice que esta situación significa un gasto de 15 millones de dólares diarios y que los centros refinadores de Amuay Y Cardón sólo proporcionan 75.000 barriles, quedándose corto ante la demanda del país.
Gracias a que cuatro plantas de refinado colapsaron, a la ausencia de fondos para respaldar las importaciones de gasolina y a presión que ejerce la banca, la industria petrolera venezolana sufre su peor momento en más de un siglo.
Esto significa que 15 barcos seguían esperando en la costa de Venezuela hasta que el gobierno, sin recursos, pueda pagar la importación de combustible.