La muerte de una adolescente en fuego cruzado, enluta y agudiza la situación de la ciudad
Maria Eduarda da Conceição jugaba baloncesto en el patio escolar de la favela Fazenda Botafogo, cuando se desató de repente un tiroteo entre policías y una banda de narcotraficantes. La adolescente de apenas 13 años recibió 3 disparos mientras trataba de resguardarse al interior de la escuela.
La ciudad se ha vuelto caótica tras la ofensiva de la policía contra las bandas criminales. Después de las olimpiadas llevadas a cabo el año inmediatamente anterior, la percepción de violencia ha crecido en los habitantes y los muertos han aumentado.
Cesar Benjamin, secretario de educación en Río, aseguro con toda certeza que las balas que propiciaron la muerte de la niña provenían de armas pertenecientes a la policía. En el mismo tiroteo, un video muestra cómo dos policías toman dos rifles y disparan a muerte a dos sujetos que ya se encontraban tendidos en el suelo. Ambos policías ya han sido apresados, mientras la ciudadanía clama porque cesen la operaciones policiacas al estilo militar.
A raíz de las operaciones policiales, este año las muertes han aumentado en un 71% comparadas a las del año pasado. En febrero de 2016 la cifra de muertos era de 49, este año fue de 84, tomando como referencia el mismo mes. Según la Human Rights Watch generalmente los oficiales que participan en estos tiroteos no son judicializados, mientras los policias tambien sufren altas tasas de homicidio.
La policía se ha negado a responder por la muerte de la pequeña joven, alegando procedimientos normales y arguyendo que la investigación está siendo llevada a cabo. Mientras tanto la ciudad está en quiebra y ni siquiera le alcanza para pagar los sueldos de su fuerza pública. Rio de Janeiro todavía no se repone del encarcelamiento del exgobernador Sérgio Cabral, quien es acusado de dirigir una corrupta red multimillonaria, que aceptaba sobornos de proyectos de orden público relacionados por ejemplo con las olimpiadas de Río 2016.
Luiz de Souza, gobernador actual, ha mantenido silencio tras la muerte de Maria Eduarda, la gente se queja de falta de liderazgo y preparación de la policia estatal. La ciudad está sumida en crisis y mientras tanto más allá de las favelas, nadie habla de muertes, ni violencia, todos guardan silencio.