First Posted: Apr 03, 2017 12:05 PM EDT

La 'caja fuerte del fin del mundo' acaba de recibir su primera actualización para conservar el producto más valioso generado por la Humanidad a lo largo de miles de años: información. Su nombre oficial, mucho menos mediático, es Archivo Ártico Mundial, abrió la semana pasada y dos países ya han solicitado almacenar en él sus datos.

Este 'arca de Noé' abrió sus puertas en 2008 bajo el nombre de Caja fuerte global de semillas. Este almacén guarda las semillas más preciadas para el ser humano y las protege de cualquier catástrofe: situado a 130 metros sobre el nivel del mar en el archipiélago de Svalbard (Noruega), resiste terremotos, erupciones volcánicas y hasta la radiación de un posible desastre nuclear. Su situación, además, garantiza la supervivencia de las semillas aunque se estropee el sistema de refrigeración. En casi una década de vida más de 100 países han contribuido con sus plantas.

Esta instalación busca que nuestros bisnietos puedan volver a plantar patatas y tomates en caso de emergencia. La nueva quiere que además sepan los logros de sus antepasados para que no vuelvan a repetir los mismos errores. Una mina de carbón abandonada y cercana al refugio que contiene semillas servirá para que los países depositen los datos más importantes para la supervivencia de su cultura.

© Reuters International gene bank svalbard global seed vault near longyearbyen on spitsbergen

La semillas han evolucionado para sobrevivir largos períodos de tiempo (además de que se conservan a -18ºC), pero guardar información no es tan sencillo. Por eso, la empresa noruega Piql está convirtiendo la información digital que aportan los colaboradores en un film analógico y multicapa que, según la compañía, puede durar entre 500 y 1.000 años.

El almacenamiento analógico resiste el paso del tiempo mejor que el digital, y además no requiere de códecs, ordenadores ni sistemas operativos para leerse. Cualquier país puede subir información, imágenes y contenido audiovisual a los servidores de Piql, que transferirán estos datos a ese film especial que luego se guardará en una caja de seguridad dentro del refugio.

Tanto el banco de semillas como este nuevo refugio de información tienen una aplicación más cortoplacista que un futuro e hipotético apocalipsis. En 2015 se extrajo trigo y cebada para reemplazar las semillas de un banco genético en Aleppo (Siria) que sufrió daños durante la guerra civil. De la misma forma, un Gobierno podría recuperar información perdida y almacenar aquellos datos más sensibles.

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