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Theresa May y el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, se han reunido este jueves durante dos horas en el Número 10 de Downing Street, en una reunión calificada de «buena y amistosa»por fuentes comunitarias. Ambos buscaban rebajar tensiones tras los roces en el inicio del Brexit, marcado por la controversia sobre Gibraltar y porque Bruselas rechazó la pretensión británica de negociar a la par la salida de la UE y un nuevo acuerdo comercial con Europa. Durante la entrevista, la primera ministra reiteró su posición de que no negociará sobre la soberanía de Gibraltar contra los deseos de los gibraltareños.
Tal y como se esperaba, la Cámara de los Lores, donde el Gobierno no dispone de mayoría, ha aprobado en la noche de este miércoles una enmienda exigiendo al Ejecutivo que garantice los derechos de los ciudadanos de la UE que actualmente residen en el Reino Unido. La enmienda 9B, presentada por la laborista Baronesa Hayter, se impuso por mayoría de 102 votos (358-256).