La investigación de células madre ofrece otro adelanto con el reciente éxito de la creación de una célula que mata al cáncer, según la BBC.
Los experimentos en ratones de científicos de la Escuela Médica de Harvard mostró células genéticamente modificadas para producir y secretar toxinas que buscan y matan tumores cerebrales.
El próximo paso será probarlas en humanos y obtener aprobación de la FDA.
El equipo de científicos ha desarrollado este método para atacar tumores que permanecen en el cerebro después de que el tumor principal ha sido removido.
Las células madre son puestas en el sitio encapsuladas en un gel biodegradable, que resuelve los problemas de una reciente prueba clínica que buscaba aplicar toxinas que matan al cáncer purificadas, dijo el equipo de Harvard en un comunicado.
Esto se logra a través de las toxinas que entran a las células del cáncer e interrumpen la habilidad de la célula para crear proteínas y dentro de pocos días, las células mueren.
Este método ha sido investigado por algún tiempo, y fue apenas en los 1990s que se dio el primer adelanto en poder atacar las células del cáncer.
En pruebas anteriores para tumores sólidos, las células saludables y las células modificadas también fueron afectadas por las toxinas.
"Las toxinas que matan al cáncer han sido usadas con gran éxito en una gama de cánceres de sangre, pero no funcionan tan bien en tumores sólidos porque los cánceres no son tan accesibles y las toxinas tienen una media vida corta," dijo el líder del equipo Khalid Shah. "Hace pocos años nos dimos cuenta que las células madre pueden ser usadas para continuamente entregar estas toxinas terapéuticas a tumores en el cerebro, pero primero necesitábamos modificar genéticamente las células madre para que pudieran resistir las toxinas."
Expertos dijeron a la BBC que esto es seña de una nueva revolución en la terapia de cáncer.
Chris Mason, profesor de medicina regenerativa en el University College de Londres, dijo, "Muestra que puedes atacar tumores sólidos al poner mini farmacias dentro del paciente, que llevan la carga tóxica directamente al tumor."
La esperanza es poder usar este tipo de terapia en humanos dentro de los próximos cinco años.