First Posted: Oct 29, 2015 02:55 PM EDT

The Financial Times redactó un reportaje especial sobre la historia de Han Hye-kyoung, quien en su silla de ruedas protesta tranquilamente al pie de la sede de 200 metros de alto de Samsung Electronics en el sur de Seúl, Corea.

En 2005, Han tuvo una operación donde le extirparon un tumor cerebral que, según sus médicos, se arraigó durante sus seis años de trabajo en Samsung, donde soldaba tarjetas de circuitos con lo que ella dice que era una pasta a base de plomo.

A sus 37 años, Han ha pasado gran parte de la última década luchando para que Samsung asuma la responsabilidad de su enfermedad y las de otros trabajadores.

"Temo que muchos trabajadores de Samsung Electronics hayan sido víctimas de las prioridades que colocan las utilidades sobre los derechos humanos", escribió Baskut Tuncak, un enviado especial de la ONU sobre derechos humanos y substancias peligrosas, después de una reunión con directivos de Samsung y ex trabajadores en Seúl.

Abogados de los trabajadores afirman que hay 244 víctimas de cánceres raros y otros males que presuntamente se relacionan con las condiciones peligrosas de Samsung, y hay 87 muertes.

Samsung siempre ha sostenido que no hay evidencia que respalde esas afirmaciones, pero a medida que empieza una nueva era bajo el vicepresidente Lee Jae-yong, la firma tomó medidas para terminar la controversia.

El mes pasado, en lo que llamó un gesto de buena voluntad, Samsung puso en marcha un fondo de compensación de 100 mil millones de wones (alrededor de 88 millones de dólares) para quienes sufren 26 enfermedades raras, que hicieron ciertos trabajos de 1996 a 2011. La semana pasada compensó a los primeros 30, quienes acordaron no continuar con la acción legal.

Sin embargo, Han y otros posibles demandantes se niegan a aplicar al plan, y dicen que esa suma equivale a "pagar por su silencio", el cual le permitirá a Samsung poner punto final al tema sin aceptar la culpa o evitar futuras enfermedades.

En 2011, un estudio del gobierno sobre trabajadores en el sector de semiconductores en Corea del Sur, donde Samsung es la empresa más grande, encontró tasas de linfoma en mujeres y cáncer tiroideo en hombres en niveles de más del doble de lo normal.

Samsung señala que ningún estudio determinó con certeza científica ninguna relación de causalidad, y señala que un estudio que se comisionó a la consultora de EU Environ en 2001 indicó que no había motivo de preocupación.

Pero hubo señales de fallos de seguridad persistentes en las plantas. Después de que una fuga de gas mató a un trabajador en una planta de semiconductores en 2013, una investigación del gobierno encontró mil 934 violaciones a las normas en el sitio. Samsung prometió mejoras urgentes, pero tuvo otras dos grandes fugas de gas en un año, una de ellas fatal.

La cuestión del peligro continuo está en el centro del enfrentamiento entre Samsung y los ex trabajadores y sus familias.

A finales de 2014 las dos partes acordaron nombrar un comité de mediación presidido por un ex juez. En julio, recomendó que Samsung fundara un órgano independiente con 100 mil millones de wons que pudiera gastar 70 mil millones en compensaciones, y el resto utilizarlo en medidas proactivas, incluyendo un monitor independiente de seguridad.

Samsung tiene planes de utilizar los 100 mil millones como compensación y que la firma los distribuya directamente. 

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