Las redadas de inmigración han traído miedo y malestar a las comunidades indocumentadas, pero un nuevo estudio observó que también podrían tener consecuencias médicas devastadoras.
La Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan encuestó a 487 latinos en el Condado de Washtenaw entre septiembre del 2013 y enero del 2014, una mayoría de los cuales la respondieron antes de una redada de inmigración en un taller mecánico de dos pisos. Investigadores encontraron "fuertes evidencias" de efectos de salud negativos en individuos con menores probabilidades de buscar asistencia del gobierno -- médica o de otro tipo -- y quienes sufren de problemas fisiológicos o emocionales.
"Las redadas de inmigración, eventos graves que podrían tener efectos inmediatos sobre comunidades, ocurren dentro de poblaciones que sufren una necesidad injusta de servicios de apoyo y podrían, por lo tanto, empeorar las inequidades de salud", dice el reporte.
"Es crítico que investigadores sigan investigando los efectos directos del control de inmigración sobre los individuos que lo sufren -- como depresión, ansiedad y trauma engendrados por arrestos, deportaciones o ser testigo de una redada".
La mayoría de los encuestados, 83.4 por ciento, nacieron en México o en Centroamérica.
Los investigadores usaron tres medidas de encuesta para capturar sus niveles de estrés día a día: "Mi estatus legal ha limitado mi contacto con familia y amigos", "Seré reportado a inmigración si voy a una agencia de servicios sociales" y "Temo las consecuencias de la deportación".
Más del 55 por ciento describieron su salud como excelente o muy buena antes de la redada, comparado con 51 por ciento después. La salud reportada por las mujeres disminuyó en ocho por ciento.
Miedo al Orden Público
Tres días después de la redada en el Condado de Washtenaw, cerca de 40 miembros de la comunidad se reunieron para discutir la experiencia.
Las mujeres describieron cómo los oficiales les ordenaron tirarse al piso a punta de pistol, dos de las cuales tenían bebés en brazos. Expresaron desconfianza al orden público local y temían que se manifestaran repercusiones psicológicas en sus hijos.
El estudio, publicado en el Journal of Immigrant and Minority health, sugiere que defensores de salud de comunidades trabajen de cerca con las comunidades latinas afectadas, especialmente con menores indocumentados asociados con mayores niveles de estrés. Los menores de 17 años reportaron una caída en su salud, de 55.9 por ciento a 51.4 por ciento después de la redada.
Investigadores dijeron que esto es porque "miembros de la comunidad quienes ya pudiesen haber sido vulnerables o marginados - mujeres nacidas en el extranjero con niños en la casa -- tienen menores probabilidades de buscar servicios del gobierno".
Redadas En Progreso en Todo el País
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) subrepticiamente incrementó los esfuerzos de redadas de inmigración este año, generando críticas de grupos de abogacía y políticos de izquierda.
El Secretario del DHS, Jeh Johnson, dijo que la redada de deportación, llamada "Operación Guardián Fronterizo" solo iba en contra de adultos indocumentados que llegaron después del 1 de enero del 2014.
En un comunicado emitido el mes pasado, Johnson dijo que trabaja con el Departamento de Justicia para garantizar que los menores indocumentados reciban representación adecuada durante audiencias de inmigración. Johnson mencionó que autoridades de Control de Inmigración y Aduanas arrestaron a 336 individuos este año, al 9 de marzo.
Los candidatos presidenciales Demócratas Bernie Sanders y Hillary Clinton pidieron a la administración Obama terminar con las redadas nacionales.
En enero, el portavoz de Clinton, Jorge Silva, dijo al Latin Post que las familias indocumentadas deberían recibir refugio al llegar. Añadió que la candidata también cree en una "solución completa a largo plazo para el reto de la violencia en Centroamérica que causa que tantas personas realicen el peligroso viaje al norte".
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