El templo tokiota perteneciente de la corriente budista Jodo Shinshu, busca innovar frente a la tradición japonesa, ofreciendo que cualquier pareja sin importar su sexo, religión y país de los fallecidos además ignoraran el hecho de si estaban casados o no.
El portavoz del tempo Shodaji y principal promotor de la iniciativa afirma que "ya que está cambiando el concepto estándar de familia hoy en día, debería variar también la forma de los cementerios".
Los precios de estas tumbas compartidas están desde 1,2 millones de Yenes, suma que corresponde al plan básico que ofrece guardar las cenizas hasta 6 años después de la última persona fallecida, espacio tras el cual serán trasladadas a una tumba colectiva.
Hasta el momento sólo 10 de las 200 tumbas disponibles para parejas no casadas han sido compradas, pero ninguna ha sido adquirida por una pareja homosexual.
