First Posted: Apr 01, 2017 11:18 AM EDT

A pesar del colchón de once puntos que mantenía con el japonés, Fernández no pudo aguantar el tirón. Una caída y una mala recepción lo penalizaron en exceso. Se quedó sin chispa en el día que debía reivindicar su trono. Una decepción que demuestra la grandeza del deportista, tan capaz de lo imposible, que una cuarta plaza mundial tiene un regusto amargo.

Una sucesión de errores y la falta de limpieza de la que hace gala Fernández, lo dejaron sin medalla. Salía el último de los mejores, una posición que no le gusta demasiado. Sin saber las notas de sus rivales, salió a la pista dispuesto a defender su oro mundial a ritmo de Elvis. Después de un buen inicio, llegó la primera recepción con algo de dudas y en su cuarta pirueta, la caída. Un buen costalazo que intentó olvidar para continuar con el programa. Pero, a pesar de brindar buenos saltos, nunca fue del todo limpio.

Él lo sabía. Se encogió de hombros al terminar, consciente de que no había sido su día. Y menos ante el programón que se marcó Hanyu unos minutos antes. Ni siquiera la puntuación y la diferencia que tenía con sus rivales le mantuvo en el podio y Fernández termina cuarto en Helsinki. Porque no solo Hanyu brilló. También Shoma Uno, uno de estos nombres que ya asomaban hace meses, y que está llamado a ser el relevo perfecto de los campeones actuales. Muy seguro, encadenó piruetas de calidad con una sincronía perfecta con la música en sus pasos. Con 19 años, ya es plata.

Y también lo sorprendió Boyang Jin, también de 19 años y también con muchas ganas de desbancar a los que ahora copan los títulos. Por el momento, su programa lo llevó al bronce mundial, apartando a Fernández del trío campeón.

La temporada concluye con esta decepción, que tratará de olvidar cuando antes para centrarse en la próxima cita importante, quizá la que más de su carrera deportiva: los Juegos límpicos de Invierno de 2018.

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